Todos sabemos que la autoestima es un aspecto fundamental en nosotros mismos. Hemos oído muchas veces aquello de "si no te quieres tú no te querrá nadie" y si eres una persona con baja autoestima, seguramente te aterra saber que tú mismo eres tu peor enemigo y no sabes cómo cambiarlo. "Quiérete" te dicen, y tú piensas: ¿cómo lo hago? Por supuesto que todos queremos tener un buen concepto de nosotros mismos, pero a veces, la culpabilidad y el aprendizaje no encuentran el mismo camino.
Aquí es donde nacen las debilidades que tenemos las personas, que en el fondo no dejan de ser inseguridades que tenemos en nuestro día a día y no nos permiten avanzar. Por ello, es tan importante trabajar nuestra autoestima. Pero si hablamos de este aspecto tampoco podemos evitar la tarea que tenemos todas las personas a la hora de trabajar sobre nuestro desarrollo personal para mejorar a lo largo de nuestro camino.
Debilidades personales que todos podemos sufrir
Si bien es cierto que trabajar para aumentar y potenciar autoestima cuesta, sí que hay algunos factores que puedes cuidar. Se trata de ciertas debilidades que pueden hacer que tu autoestima decaiga, por lo que fijarnos en ellas e intentar evitarlas puede hacer que nos queramos, al menos, un poquito más.
Compararse con los demás
Las comparaciones son odiosas, eso es así. Si vienen de los demás podemos ignorarlas más fácilmente, pero si somos nosotros mismos los que las hacemos, pueden llegar a ser muy dañino para nuestra autoestima. De hecho, lo más normal es que, cuando nos comparemos con otras personas, salgamos perdiendo, pues se hará desde un punto de vista subjetivo. Y aquí es donde nace el sentimiento de inferioridad porque cuando vemos los logros de otras personas y nos comparamos, tendremos a pensar mal de nosotros mismos. Algunas personas muy perfeccionistas no paran de compararse con otras personas, lo que les puede llevar a tener una visión deformada de la realidad que afecte directamente a su autoestima.
Si quieres dejar de compararte con los demás, tendrás que prestar más atención. Normalmente lo hacemos de modo automático, por lo que, fijarse en que lo hacemos, saber que nos hace sentir mal y valorar más lo que tenemos, puede hacer que dejemos de compararnos con los demás.
Rodearnos de personas tóxicas
Si hay alguna debilidad que tengamos las personas por encima de las demás, es esta. Cuando alguien no tiene mucha autoestima, a menudo tiende a depender de la valoración de los demás. Y cuando tomamos las críticas o los comentarios de otros nuestra autoestima se resiente. Además, Las personas tóxicas se adentran más fácilmente en la vida de esas personas necesitadas de afecto. Entrarán alabando a la persona necesitada para captar su atención, pero no tardarán en aprovecharse de ella. La gente tóxica se aprovecha de la gente con baja autoestima para exprimirla. Si hay alguien así a tu alrededor, te aconsejamos que te alejes de esa persona tóxica como una forma de respetarte, pero también como una forma de aumentar tu autoestima. Te recomendamos que apuestes por las personas que te valoran tal y como eres.
Pensamientos destructivos
Esta es una de las debilidades de las personas que más afectan a su desarrollo personal. El machaque a uno mismo es el principal y más directo atentado hacia nuestra autoestima. Recordar todo el día y de manera compulsiva nuestros errores y los fallos que tenemos, puede hacernos caer en un pozo del que será complicado salir. Por eso, es necesario ser consciente de estos pensamientos e intentar pararlos.
Desaprobar cada cosa que hacemos no nos ayudará a mejorar, por el contrario, hará que tengamos una visión tan negativa de nosotros mismos que nos impedirá llevar a cabo cualquier acción. En lugar de pensar todo el rato en lo mal que hacemos las cosas, podemos intentar centrarnos en nuestras habilidades o aspectos positivos. Esto no solo nos hará sentir mejor, sino que además, hará que desarrollemos mejor nuestras virtudes.
Evitar las responsabilidades
Cuando tenemos un problema, muchas personas optan por evitar la responsabilidad. Cuando la causa de nuestros males siempre es un factor externo, cuesta coger las riendas e intentar mejorar la situación.
Y es que, la vida a veces se vuelve complicada, pero si no asumimos nuestra responsabilidad para cambiar las cosas que no nos gustan, nunca aprenderemos, nunca creceremos como persona, y nunca aumentaremos nuestra autoestima.