Pues no, el hecho de ser optimista no es solo cuestión de ser una persona con actitud positiva frente a la vida, sino que es una elección personal que nos permite ser más o menos felices. Parece obvio que todo el mundo quiera ser más feliz, pero la verdad es que, cuando nos acostumbramos a un tipo de comportamiento, cambiarlo cuesta demasiado, y eso de cambiar, aunque sea para mejor, es algo que al ser humano se le resiste. La verdad es que no se nace siendo optimista o pesimista, sino que es una actitud que se aprende. Cuando somos optimistas no solo estamos mejorando nuestra autoestima, sino que además, nuestra salud también gana. Hace poco se ha demostrado que las personas optimistas viven más años, cogen menos resfriados y se enfrentan de mejor manera a las enfermedades cardiovasculares. Sabiendo esto... ¿te has preguntado cómo ser una persona más optimista? ¿Sí? En este artículo de Refugio del Alma solucionamos todas estas inquietudes.
Por otra parte, la autoestima también se ve reforzada si hablamos de optimismo. Y es que ser optimista es vivir con la fuerza necesaria para enfrentarse a todo tipo de situaciones y problemas. Muchas personas piensan que los optimistas viven en un mundo irreal, pero simplemente ven el lado bueno de las cosas y explotan sus recursos al máximo para salir adelante.
Así, podemos hablar de ser optimista y tener una sana autoestima, pues la persona optimista se conoce, se valora y explota al máximo el lado bueno que tiene para conseguir todo aquello que se propone. Aceptar la vida tal como viene, con lo bueno y lo malo es como aceptarnos a nosotros mismos, de la misma forma. Y esa es la máxima del desarrollo personal que todo el mundo debería perseguir.
Cómo ser una persona optimista en 3 pasos
Si estás deseando cambiar pero no sabes bien cómo, te damos algunos consejos que te pueden ayudar en tu camino hacia el optimismo. Has de tener en cuenta que no se trata de cosa de un día, sino que son ciertos hábitos que tendremos que introducir poco a poco en nuestra vida. Al principio nos costará algo de esfuerzo, pero cuando nos acostumbremos lo haremos de forma automática.
Stop a las quejas
Sabemos que todos lo hacemos, que resulta reconfortante y que es muy fácil quejarse. Sin embargo, lo hacemos demasiado, y ese confort que produce a corto plazo, se convierte en un oscuro enemigo a largo plazo, que llena tu cabeza de pensamientos negativos y no te deja disfrutar de la vida. Si cuentas las veces que te quejas al día, seguramente te sorprendas, y es que los seres humanos nos pasamos el día quejándonos. Además, nos quejamos de cosas que no controlamos como que hoy no ha salido el sol, se trata de pensamientos negativos sin sentido, que no tienen trascendencia y solo hacen que atraer más negatividad a nuestra vida. Si comienzas a dejar de quejarte y a ser consciente de cuánto te quejas podrás comenzar a parar. Verás como en poco tiempo, notas la diferencia. Una de las cosas que evitan las personas optimistas es precisamente esta, las quejas.
Agradece más
Otra de las características de una persona optimista está relacionada con este punto. Nos pasamos tanto tiempo comparándonos con los demás, envidiando lo que no tenemos que a menudo. Esto hace que nos sintamos inferiores con respecto a otras personas y que se nos olvide valorar todas las cosas que poseemos. Se trata de un acto que nos perjudica y nos llena de envidia sin sentido, cuando podríamos estar dando las gracias por muchas cosas.
Aléjate de las personas negativas
Por el mundo siempre hay personas que te roban la energía positiva. Puede que tengas un buen día, un humor excelente, pero te topas con cierta persona y todo se viene abajo...¿te ha pasado?. Te recomendamos que te rodees de personas positivas, que te valoren y te hagas reír. Esas son las personas que te ayudarán a ver el lado positivo de la vida.
Ahora ya sabes qué significa ser una persona optimista en realidad, ¿qué estás dispuesto/a a hacer para cambiar el curso de las cosas? No dudes en aplicar todos estos consejos y conseguirás ser una persona optimista y alegre para vivir con plenitud.