Cualquier persona, alguna vez en su vida, se puede ver en la comprometida situación de tener que responder a preguntas que le incomodan. ¿A quién no le ha pasado alguna vez? En casa, en el trabajo, con amigos y con pareja. La verdad es que cualquier contexto de nuestra vida somos susceptibles de recibir una pregunta fuera de lugar, que no nos apetece contestar y hace que no sepamos cómo salir del paso.
3 claves para responder a preguntas incómodas
¿Sigues soltero?, ¿Vais a ser padres?, ¿Has vuelto a cambiar de trabajo?...¿Cuántas veces te has tenido que enfrentar a la violenta situación de tener que responder a una pregunta incómoda? Seguro que muchas. Y es que, cuando nos reunimos con un grupo de familiares o amigos, las probabilidades de tener que responder a este tipo de cuestiones crecen exponencialmente. Incluso, en ese momento llegamos a sentirnos inseguros o vulnerables. Y ya si la cuestión la hemos sufrido en un momento en el que nuestra autoestima no se encontraba fuerte o firme, los efectos que estas preguntas pueden causarnos pueden ser peores.
Sin embargo, el hecho de que alguien te haga una pregunta que te resulte incómoda, no quiere decir que tengas la obligación de contestarla, ya que todo ser humano es libre de poder establecer sus propios límites.
Ten en cuenta que, en muchas ocasiones, las personas que tienes a tu alrededor pueden preguntar por mera curiosidad o por un acto de educación. Por ello, lo ideal es aprender a responder de una forma educada, pero estableciendo los límites que realmente no quieres sobrepasar. Te damos unas cuantas claves para conseguirlo:
1. Cambiar de tema
Esta es, sin lugar a dudas, la clave más efectiva para esquivar una pregunta incómoda. Sin embargo, para que no resulte una situación demasiado brusca, puedes recurrir, por ejemplo, a hacer un cumplido y entonces cambiar de tema, o también puedes crear una distracción, o también, responder con otra pregunta a la pregunta incómoda que te han formulado.
2. Aprender a decir 'no'
Si la pregunta que te han formulado está relacionada con un tema profundamente personal, muy dañino para ti, o sumamente complicado de responder, lo mejor es que te dirijas a la otra persona con confianza y que le indiques que no te apetece responder a esa cuestión. Lo cierto es que aprender a decir no lleva su tiempo y en ese sentido, con una simple frase como, 'prefiero no responder a eso', o también ¡lo siento, pero eso es un tema privado!', o también 'ahora no es un buen momento para tratar ese tema', puedes rechazar una pregunta sin hacer sentir demasiado incómoda a la persona que te la formula.
3. Darle la vuelta a la pregunta
Si en vez de decir que no, prefieres ser más sutil cuando te preguntan algo incómodo, la mejor estrategia es darle la vuelta a la pregunta. De esta forma, además de evitar responder, podrás descubrir un poco más sobre por qué esa persona te está haciendo esa pregunta tan incómoda.
Y es que, en ocasiones, puede que otras personas te hagan una pregunta incómoda, no con la finalidad de sacarte información personal, sino con la intención de buscar algún consejo, o porque la otra persona tenga algún problema que desee tratar contigo.
Existen algunas fórmulas muy sutiles para preguntarle a la otra persona por qué te pregunta eso, como por ejemplo contestar: '¿Por qué me haces esa pregunta?', o '¿Por qué estás interesado en este tema?', o '¿Por qué te gustaría saber esto de mi?.
La mayoría de las veces que pongas en práctica alguna de estas técnicas para evitar responder a una pregunta incómoda, la persona que te la formula entender a tu deseo de cambiar de tema, y a buen seguro, no le sentará mal tu elección.
Sin embargo, en otras ocasiones te encontrarás situaciones en las que tendrás que ser más honesto y más directo a la hora de transmitir que no deseas contestar a una pregunta incómoda.
Estas situaciones tan molestas se pueden producir, por ejemplo, al hablar con familiares y amigos que son muy curiosos, y en estos casos particulares, lo mejor será decir que no, y no andarte con muchos más rodeos.