La inteligencia emocional es un término que, si bien tiene ya más de treinta años desde que se acuñó en 1990 por John Mayer y Peter Salovey dentro de sus estudios de psicología, ha cobrado una fuerza mayor en los últimos años. Es común escuchar hablar de este término ya no solo en el ámbito terapéutico o académico, sino también en las conversaciones con amigos y familiares. Sin embargo, ¿a qué se refiere exactamente?
Conoce qué es la inteligencia emocional
La inteligencia emocional toma en cuenta la capacidad de un individuo para entender y manejar de una manera adecuada sus sentimientos y emociones. El principal objetivo es tomar decisiones asertivas no solo en las relaciones con los demás, sino también en nuestra vida personal.
Según los estudios y la teoría de Mayer y Salovey, la inteligencia social parte de cuatro puntos principales:
- Autoconciencia
- Autocontrol
- Conciencia social y empatía
- Habilidades sociales
Como se puede apreciar, esta habilidad parte del trabajo interior y la introspección para poder llevarla al exterior. Esto es crucial para encontrar paz y balance en nuestra vida. Por suerte, existen muchas maneras en que podemos dar el primer paso.
Autoconciencia a través de la meditación
La autoconciencia implica un reconocimiento de lo que sucede a nivel personal respecto al pensamiento, las emociones, los sentimientos e incluso la intuición. Para esto, muchas personas recurren a técnicas principalmente de meditación, por lo general guiada y a veces combinada con prácticas como el yoga. Esto se debe a que el reconocimiento, en primer lugar del cuerpo y cada músculo o fibra del ser, permite comenzar a indagar más a fondo en temas personales. Es como recorrer un camino, tomando conciencia total y completa de cada paso que se da.
A través de la meditación, las personas comienzan a reflexionar sobre sus vidas. En algunos casos, esto se puede referir exclusivamente a cosas del pasado, donde incluso se han visto casos de quienes logran acceder a otro plano astral, desde el que pueden tener una visión de sus vidas anteriores. Claro que un nivel tan alto, requiere una gran disciplina y mucho trabajo previo. En resumen, se trata de ser constante en la práctica y en enfocarse por completo en el momento de la meditación.
Terapia psicológica
No siempre es sencillo hacerlo por uno mismo, en especial cuando se comienza con la práctica. Para el autodescubrimiento, otra opción es la terapia psicológica, ya que las diferentes escuelas que ejercen los terapeutas alrededor del mundo se encargan de hacer que el paciente reflexione sobre su vida y diferentes aspectos de ella. Recordemos que la palabra “psicología” proviene precisamente del griego “psyche”, que significa “alma”. Por tanto, se trata de un proceso completo de conocimiento personal.
Gracias a la psicología, la inteligencia emocional se ha difundido y ha resaltado la importancia de la salud mental. Con ello, se ha erradicado el estigma de que acudir a terapia es solo para gente “con problemas”. Ahora se habla con libertad sobre las habilidades a la hora de conocer y controlar las emociones. Ya sea con información de estudios o foros especializados, así como lo que cada persona aprende de la mano de su terapeuta, se tiene el acceso a una amplia gama de posibilidades para reconocer las emociones en determinados momentos.
Autocontrol y empatía
Aquí es donde entra también el autocontrol, que requiere otro esfuerzo grande por parte de cada individuo. El autocontrol nos invita a actuar después de reflexionar. Puede ser difícil, sobre todo para personas que pueden ceder fácilmente a emociones fuertes como el enojo o la ansiedad.
Sin embargo, no se limita únicamente a las emociones “negativas”. Incluso en casos como la euforia, es necesario aprender a regular y gestionar la manera en que expresamos nuestros sentimientos, debido a que la empatía es crucial. Demostrar nuestra alegría en exceso puede ser poco considerado con el ambiente o el sentir de las personas que nos rodean, lo cual es también una falta de inteligencia emocional.
Conciencia social
En este caso, llegamos ya a hablar de la conciencia de nuestro entorno y nuestras habilidades sociales se ponen a prueba. De este modo, hay quienes también acuden a recibir ayuda a través de las lecturas de psíquicos y tarot.
Puede acabar siendo similar a la meditación, ya que nos permite conocer mejor las cosas que nos suceden en nuestras vidas, con la intención de tener una guía adicional para tomar mejores decisiones. Estas lecturas se basan en el entendimiento de las energías que rodean a una persona y los sucesos de su vida, mediante alguna técnica como las cartas o la lectura de la mano. Sin embargo, el psíquico no es quien dice realmente qué significa o las implicaciones de la lectura para la persona, sino que se trata de un trabajo de reflexión. Los consejos que se reciben recaen en el individuo que realiza la consulta.
Como podemos ver, tenemos al alcance más de una herramienta para trabajar en nosotros mismos y en nuestro entorno, con el fin de mejorar poco a poco en nuestras habilidades y responsabilidades emocionales de manera inteligente.