Ser agradable es una virtud que no todas las personas poseen. De hecho, mucha gente piensa que no necesita ser agradable con los demás, o incluso hay quien tiene miedo o vergüenza de ser agradable y prefiere mostrar que nadie le importa o que no necesita nada de nadie. El caso es que, ser agradable es una cualidad que se puede trabajar y que forma parte de nuestro desarrollo personal porque tiene muchos beneficios no solo para los demás, sino también para uno mismo.
Los problemas, el mal humor o el estrés, son los responsables de que nos mostremos desagradables con los demás e incluso algo estúpidos con quienes nos rodean. Sin embargo, si hacemos un poco de esfuerzo por mostrarnos más afables, nuestro estado de ánimo cambiará, nos encontraremos mejor y además, conseguiremos mejorar nuestras relaciones sociales, con un ambiente mejor y una vida, en definitiva, mucho más placentera.
Descubre cómo ser una persona más amable
Como en todo, para cambiar algo nuestro, lo importante es cambiar ciertos hábitos. Puede que al principio tengas que esforzarte un poco en este trabajo, pero luego te saldrá de forma automática, te habrás convertido en una persona más amable y agradable con aquellos que te rodean y todo habrá merecido la pena. Sin embargo, es importante destacar que para ser agradable con los demás, seamos primero más amables con nosotros mismos, porque al final todo es cuestión de respeto. Por eso, desde Refugio del Alma, te damos algunos consejos para ser más agradable y despiertes esta parte que en tu interior también llevas.
Mira a las personas a los ojos
Puede parecer una tontería, pero lo cierto es que pocas personas miran al otro a los ojos, y sin embargo, se trata de un gesto que puede tener efectos muy positivo. Piensa que si alguien te habla sin mirarte a los ojos crea un ambiente raro, de confusión y también de inseguridad, por eso, mirar a los ojos será una forma de conectar con el otro y establecer vínculos. No queremos decir que mires a tu interlocutor fijamente y sin pestañear, pues esto resultaría escalofriante. Simplemente recuerda mirarle cuando hables con él. Si te cuesta, un truco es intentar ver de qué color son sus ojos.
Ten algún gesto amable
Recoger algo del suelo que se le ha caído a otra persona, abrirle la puerta o simplemente sonreír. Se trata de gestos muy sencillos para ser más amables pero que, en ocasiones, nos cuestan mucho hacer. Vamos tan metidos en nuestros propios problemas y luchando con nuestros demonios que no nos damos cuenta del poder que tiene una sonrisa en un momento dado. Prueba a hacerlo aunque no tengas ganas, verás como inmediatamente te sientes mucho mejor. Sin duda, esto es toda una demostración de empatía que se puede ir trabajando.
Interésate por el otro
Viene siendo común que en una conversación nos pongamos a hablar de nosotros mismos y nos olvidemos de la otra persona. Pregúntale por cómo se encuentra y hazle preguntas acerca de su situación personal. Es obvio que tampoco hay que someter a la otra persona a un tercer grado, pero siempre resulta agradable que los demás se interesen por ti e incluso podemos estar ayudándole mucho más de lo que creemos, porque esto puede fortalecer su autoestima y sentirse querido.
Sé educado
La educación es una parte fundamental para quien quiere ser agradable. No nos referimos a normas estrictas, sino a ciertas actitudes que pueden hacer que los demás estén más cómodos con nosotros. Por ejemplo, puedes probar a decir lo siento o pedir perdón, a decir por favor y gracias. Se trata de un gesto sencillo y, si cambiamos este hábito y nos acostumbramos a decirlo, seguro que creas un mejor ambiente a tu alrededor.
Ponte en sus zapatos
Como comentamos, trabajar nuestra empatía es la clave para ser agradables con el resto y nos resultará muy útil de cara a ponernos en el lugar del otro. No se trata solo de conocer su situación o saber cómo lo está pasando, sino de aceptar que no todo el mundo puede tener las mismas reacciones ante las cosas. Si somos más empáticos, conseguiremos entender mejor a los que están a nuestro alrededor y poder ser más agradables. Una de las mejores maneras para crear unas buenas relaciones sociales.