No son pocas las veces que oímos aquello de vivir el presente, pero pararse a pensarlo es otra cosa. Y es que, hoy en día nunca nos paramos. Siempre vamos a toda prisa, de casa al trabajo, del trabajo a clase o a por los niños, o a cuidar de nuestra familia... El caso es que el tiempo que tenemos para nosotros mismos escasea y pensar en el presente es algo que conseguimos aplazar. Al final, aprender a vivir en el presente es fundamental para nuestro desarrollo personal y para evitar el desasosiego del día a día.
Vivimos con el piloto automático puesto y hacemos todo tipo de acciones sin pensar. Nos levantamos, desayunamos, nos duchamos y salimos corriendo, pensando en lo que tenemos que hacer en el trabajo. Durante la jornada, pensamos en aquello que hicimos mal, en lo que nos dijo nuestro compañero que nos molestó o en lo que voy a cenar esta noche. Pero nunca estamos en lo que hacemos y por eso no sabemos vivir en el presente, es decir valorar cuán importante es el aquí y ahora para actuar.
Tenemos tanta ansiedad de vivir que nos pasamos meses planeando algo, para que, cuando llegue el momento esperado, ya estemos pensando en otra cosa. Y es que, pensar en el pasado nos lleva a la depresión y pensar en el futuro a la ansiedad. Nos perdemos la vida pensando en otras cosas. Por eso, es infinitamente mejor vivir en el presente para exprimir al máximo cada momento. Aprender a disfrutar las cosas como vienen y tomar conciencia de lo que hacemos. De esta forma, podremos liberar a nuestra mente de un sinfín de preocupaciones y aumentar nuestra calidad de vida.
3 consejos imprescindibles para aprender a vivir en el presente
A continuación vamos a comprobar cuáles son las claves para vivir en el presente y tomando conciencia. Así que presta atención a estos consejos y toma las riendas de tu vida.
Practica la meditación
Puede que pienses que esto no va contigo, sin embargo, está comprobado científicamente que practicar la meditación te ayudará a vivir en el presente porque provoca unos efectos en tu cerebro que alejan la depresión y el estrés. Por ello, tomarse unos minutos al día para hacerlo, la meditación tendrá numerosos beneficios en todos los niveles de tu vida. No hace falta que te vistas de naranja ni te rapes la cabeza. Hoy en día, podemos aprender Mindfulness, una práctica libre de cualquier tinte religioso que está orientada hacia la aceptación y la conciencia plena. De esta forma conseguimos alejar las rumiaciones y centrarnos en el momento presente.
Practica la aceptación
Una de las principales causas de nuestro desespero y nuestras preocupaciones son las cuestiones que no se pueden resolver. Si bien es cierto que la vida está llena de momentos estupendos, también existen muchos momentos malos. Aprender que esto forma parte de la realidad y aceptarlo tal cual, será esencial para que podamos dejar de machacarnos y vivir el presente, tal y como viene. Del mismo modo que aceptamos a nuestros seres queridos con sus virtudes y defectos, es fundamental que aprendamos a aceptar los reveses que nos trae la vida. No hay que echar la culpa ni saber por qué ha pasado, simplemente debemos aprender y reponernos. De esta forma, conseguiremos vivir con plenitud y alejar nuestros fantasmas.
Practica la gratitud
No hay una cosa que le guste más al ser humano que quejarse. Y es que, nos quejamos por todo. Nos quejamos si somos demasiado altos, demasiado flacos, demasiado inteligentes.... Especialmente nos gusta quejarnos sobre cuestiones que no podemos controlar, como si el día ha salido nublado o hace demasiado sol. Y es que, quejándonos perdemos una gran cantidad de energía. Ver la vida desde un punto positivo es esencial para disfrutar de todo lo que tenemos, y la forma de conseguirlo es practicando la gratitud. Centrarnos en lo que tenemos ahora, en este momento, y de cómo sacarle el máximo partido es una forma perfecta de vivir el presente sin ninguna duda.
Cuando pensemos en todo lo que nos va mal, podemos pensar en lo que sí que nos va bien, en lo afortunados que somos por tener ciertas cosas y en cómo las vamos a disfrutar en este preciso momento.