Consejos para relativizar los problemas

Cómo aprender a relativizar los problemas y dejarte llevar

Nadie puede medir lo que supone un problema para un persona. Seguramente en tu vida te hayas encontrado a gente que ante un problema grave reacciona de forma positiva y resolutiva y otras que se ahogan ante el más mínimo inconveniente. No se trata de personas que tratan de llamar la atención sino que cada persona tiende a relativizar los problemas de forma diferente o según puede. No obstante, a veces hay problemas que se nos amontonan y nos atascamos. Pero, por fortuna todo en esta vida tiene una enseñanza para nuestro desarrollo personal y precisamente esas situaciones también. Por eso, en estas líneas vamos a aprender a relativizar tus problemas para que tengas una guía de apoyo en esos momentos que más complejos de solucionar te resultan.

3 consejos básicos para relativizar cada problema

Antes que nada, debemos saber que relativizar nuestros problemas no significa olvidarnos de ellos. Cuando nos encontramos ante una situación de esta envergadura pueden pasar dos cosas. Si se trata de un problema que podemos solucionar, deberemos ocuparnos de él en lugar de preocuparnos por ello. Por el contrario, si estamos ante una circunstancia que se escapa de nuestro control, debemos aceptar que a veces la perfección no existe, y hay cosas que pasan así por algo, y no queda otro remedio que aceptarlas sin más.

Si quieres avanzar en tu desarrollo personal y comenzar a dejarte llevar y dejar de preocuparte tanto te vamos a contar cómo puedes trabajar esta parte de ti. Porque debes saber que las emociones se pueden relativizar y por tanto, los sentimientos también se pueden relativizar. Así que a continuación, te damos una serie de consejos para que empieces a relativizar tus problemas y dejarte llevar poco a poco.

Respira


El primer truco básico para relativizar los problemas es este: aprender a controlar la respiración paso a paso. Puede parecer algo absurdo un simple, pero la verdad es que no hay nada más relajante que fijarte en tu respiración. Si te das cuenta, cualquier psicólogo aconseja respirar en una situación de estrés, y es que, se trata de una manera de oxigenar nuestro cerebro además de darnos tiempo para asimilar lo que nos está pasando. Además, la respiración nos acompaña durante toda nuestra existencia, ya que, hagamos lo que hagamos siempre estamos respirando. Es la compañera que siempre está con nosotros y a la que podemos recurrir cuando más agobiados estemos y queramos volver al presente. Por otra parte, se trata de ver que estamos vivos, y que pase lo que pase, no dejaremos de respirar.

Cambia la perspectiva

Pues sí, pensar desde otro punto de vista tus problemas puede ayudarte a relativizar y es una solución que funciona. Por ejemplo, puedes intentar pensar que el problema en cuestión no lo tienes tú, sino un amigo tuyo. De esta forma, podrás pensar con claridad que consejos le darías y cómo te enfrentarías a la situación. Seguro que al pensar que no está pasando a ti, consigues despersonalizar y encontrar una solución mucho más factible y menos angustiosa. También es cierto que a veces el cambio en la vida viene dado de una actitud positiva, así que ya sabes que una técnica excelente para relativizar los problemas es tener un cambio de perspectiva.

Piensa que tienes una enfermedad terminal

Cuando estamos sanos no hacemos caso a aquello que dicen que nada es más importante que la salud, sin embargo, cuando estamos enfermos sabemos que es bien cierto. De hecho, no hace falta tener una enfermedad incurable, basta con un horrible dolor de muelas para relativizar esa preocupación que nos trae de cabeza aunque sabemos que realmente no es para tanto.

Con esto, no estamos diciendo que intentes romperte un brazo para valorar lo que es poder moverlo, sino que pienses cómo te afectaría ese problema si estuvieras en una situación complicada o de ese estilo. Puede que no te ayude porque no lo estás viviendo, pero si que podrás razonar y darte cuenta si te estás preocupando de más, y así, empezar a solucionarlo.

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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