Todos tenemos días malos, minutos que parecen horas y sentimientos que apuñalan nuestro corazón. Son momentos en los que pensamos que no valemos nada, que no merecemos nada y nos machacamos con pensamientos de ese tipo, que nos insultan y nos degradan. Es normal que tras una decepción ya sea de tipo personal o profesional, nos sintamos decepcionados con nosotros mismos, pero si alargamos este tipo de situación, estaremos cayendo en un círculo, el círculo en el que creemos que no valemos nada y de ahí tendremos que esforzarnos para salir.
Es mucho más que seguro que alguna vez te hayan dicho que no tienes autoestima y que tienes que valorarte más. Te encuentras mal, buscas ánimo y escuchas esas frases: "es que no te quieres a ti misma", "eres tu peor enemigo", "tienes que cuidarte" y piensas: ¿y qué tengo que hacer?. Y es que, no vale con saber que no te valoras, tienes que cambiar ciertos hábitos para dejar de pensar que no vales nada y que las cosas siempre te van a salir mal.
Lo que no funciona: buscar la confirmación fuera
Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué pensamos que no valemos nada? Así es como comenzamos a sentirnos frustrados, agotados, vencidos, no somos capaces de estar con nosotros mismos, y a veces pensamos que necesitamos encontrar a alguien que nos haga fuerte. Nos empeñamos en buscar una relación de pareja que nos pueda subir la moral. Puede que esto te haga sentir mejor, pero no solucionará tus problemas de autoestima, solo necesitarás esta confirmación constante, que no siempre podremos tener.
Por otro lado, si crees que no vales nada, seguro que alguien te lo confirma. Ese tipo de persona que necesita de tu vulnerabilidad, y se aprovechará de ella, maltratándote para que sigas a su lado, mendigando una especie de amor que más que confortarnos solo nos va matando poco a poco. Así que, si quieres mejorar tu autoestima, te aconsejamos que trabajes desde dentro, en lugar de buscar afuera.
Lo que sí funciona: escucha como te hablas
Una de los problemas de entrar en ese círculo en el que pensamos que no valemos nada está en nuestros propios pensamientos. Por eso tenemos que ser conscientes que lo importante es ser amable con uno mismo, respetarse, escucharse, entenderse. Todos nos equivocamos y hacemos cosas mal, tomamos decisiones erróneas o hacemos daño a alguien, pero machacarnos con eso no nos ayudará en nada. Es mejor tratar de aprender de las malas situaciones y no convertir lo que pensamos en lo que somos. Y es que la única persona que puede hacerte creer que no vales nada eres tú mismo, así que escucha cómo te hablas.
Son muchas las situaciones en las que nos insultamos y nos hablamos de la peor forma posible. Para darte cuenta piensa en alguien a quien quieres, y si le dirías todas las cosas horribles que te dices a ti mismo...¿no, verdad? pues nadie está más contigo que tú mismo, así que empieza trabajar el amor propio, a quererte y a tratarte bien, como lo harías con aquel a quien más amas.
Puede que ahora te parezca un mundo, has aprendido a hablarte mal y te sorprendes haciéndolo casi sin darte cuenta. No te desanimes, amarse y aumentar la autoestima es un proceso lento, por lo que deberás trabajarlo día a día para conseguirlo. Por tanto, cuando sientas que no vales nada cambia ese pensamiento y empieza por respetarte, por alimentarte bien y no de cualquier forma. Cuida tu higiene y tus relaciones, rodeándote de personas que te aporten y te hagan sentirte bien.
Y sobre todo, no busques en una pareja esa autoestima que te falta. Puede que esté muy manida la frase de que es imposible cuidar a alguien si no te cuidas a ti mismo, pero es totalmente cierta. Así que, si crees que lo que te falta para ser feliz es una pareja, empieza por quererte a ti mismo, o solo conseguirás relaciones que te machaquen más aún la autoestima.
¿Qué hacer cuando sientes que no vales nada?
Cuando una persona siente que no vale nada, puede ser una experiencia difícil y dolorosa. Aquí te comparto algunos consejos que pueden ayudarte a superar este sentimiento:
- Busca apoyo: Habla con alguien de confianza, como un amigo, un familiar o un profesional de la salud mental. Es importante hablar sobre tus sentimientos y recibir apoyo emocional.
- Identifica tus fortalezas: Haz una lista de tus fortalezas y logros pasados. Puede ser útil centrarse en las cosas que has logrado y en lo que eres bueno/a.
- Practica la gratitud: Dedica tiempo todos los días para enfocarte en las cosas por las que estás agradecido/a. Esto puede ayudar a cambiar tu perspectiva y a valorar lo que tienes.
- Haz ejercicio: El ejercicio puede ser una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo y aumentar tu autoestima. Encuentra una actividad física que te guste y hazlo regularmente.
- Aprende a decir "no": A veces, sentir que no vales nada puede ser el resultado de tener una sobrecarga de responsabilidades. Aprende a decir "no" cuando sea necesario y a establecer límites claros.
Recuerda que superar la sensación de no valer nada puede ser un proceso largo y desafiante, pero es posible. No tengas miedo de buscar ayuda y apoyo cuando lo necesites.
¿Qué te puede estar sucediendo si sientes que no vales nada?
Sentir que no vales nada puede ser un síntoma de diversos problemas emocionales o psicológicos. Aquí te comparto algunos de los posibles factores que pueden estar contribuyendo a este sentimiento:
- Baja autoestima: Si tienes una baja autoestima, es posible que te sientas inseguro/a y desvalorizado/a.
- Depresión: La depresión puede hacer que te sientas desesperanzado/a y sin valor.
- Ansiedad: La ansiedad puede hacer que te sientas inseguro/a y preocupado/a, lo que puede contribuir a sentir que no vales nada.
- Trauma emocional: Si has experimentado algún tipo de trauma emocional en el pasado, puede afectar tu autoestima y hacer que te sientas sin valor.
- Problemas de relación: Las relaciones disfuncionales o abusivas pueden hacer que te sientas menospreciado/a y sin valor.
Es importante recordar que sentir que no vales nada no es una realidad objetiva, sino un sentimiento subjetivo. Si este sentimiento persiste o interfiere en tu vida diaria, es vital buscar ayuda de un profesional de la salud mental para abordar cualquier problema subyacente.