La gente amable se valora enormemente a una persona amable. A todos nos gusta que los demás se porten bien con nosotros, que sean simpáticos y que se muestren comprensivos, es decir que sean amables. La amabilidad es una cualidad que todos queremos recibir, y sin embargo, muchas veces se nos olvida lo más importante, que es ser amable con nosotros mismos. Seguramente, te suene la frase de que tú eres tu peor enemigo, y es que, así nos comportamos con nosotros mismos. Y es que, cuando aprendemos a ser amables con nosotros mismos, los beneficios son múltiples, nuestra autoestima aumenta, nos sentimos más fuertes.
4 consejos infalibles para ser más amable con uno mismo
Las exigencias, el estrés, la competitividad... hay un sin fin de sentimientos negativos que nos hacen machacarnos y eso nos destrozan la autoestima. Por eso, aprender a ser amables con nosotros mismos es algo que todos debemos trabajar. De ese modo, podremos vivir más felices, vivir con plenitud y además, también podremos ser más amables con los demás. Para ello, vamos a descubrir algunos consejos para ser más amables con nosotros mismos, de modo que podamos vivir con más armonía.
Aprende a perdonarte
Una de las primeras cosas que debemos comprender para ser amables con nosotros mismos no hacernos daño, es aprender que no somos perfectos, aceptarlo. Cada uno tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos, y saber reconocerlos y perdonarnos es fundamental para ser más amable con uno mismo. Cuando nos equivocamos podemos lamentarnos por ello o podemos asumir que somos humanos y podemos errar e intentar aprender de ello. Cuando veas que has hecho algo que no debías o mejor dicho, que no querías, puedes intentar ser benevolente, entenderte, perdonarte y prepararte para hacerlo mejor la próxima vez.
Habla contigo como a tu mejor amigo
Si nos paramos a pensar a veces nos sorprenderíamos la forma en la que nos hablamos, los insultos que nos decimos y lo poco que nos apreciamos. De hecho, si lo piensas, seguro que no aguantarías que alguien te dijera las cosas que te dices a ti mismo, y sin embargo, lo seguimos haciendo, nos seguimos machacando día y noche. Cuando tengas un problemas, cuando te encuentres mal o cuando te hayas equivocado en algo, piensa cómo tratarías a un amigo que estuviera en esa situación. Se trata de un ejercicio para ser más amable contigo mismo muy útil, ya que puedes aconsejarte, cuidarte y consolarte como lo harías con una persona a la que quieres mucho. Y es que, tenemos que querernos a nosotros mismos antes que a nadie.
Cuida tus hábitos
Una de las mejores formas de tener una buena salud emocional es cuidar ciertos hábitos. Y es que, cuando aprendes a cuidarte a ti mismo, las percepciones de la vida se vuelven más positivas, por eso, el término cuidarse no significa hacer lo que nos de la gana o dejarnos llevar por la pereza, sino practicar hábitos saludables. Hacer ejercicio, mantenerse en contacto con la naturaleza y llevar una dieta sana y equilibrada son factores clave a la hora de tratarnos mejor. Y es que, si practicamos ciertos hábitos saludables, comprobaremos nuestro humor mejora, y, al final ser más positivos nos ayuda a ser más amables con nosotros, ¿por qué no intentarlo?
Todos tenemos malos momentos
Otra de las cosas que nos llevan a despreciarnos y a deprimirnos reside en la concepción que tenemos de nuestros malos momentos. A todos nos dan bajones y todos pasamos por momentos complicados. Comprender que estar triste es algo normal y que a todos nos pasa, nos ayudará a no torturarnos más con nuestro estado de ánimo y a salir antes de ese estado. Si estás pasando por un mal momento, recuerda que un mal día no es un mal mes y un mal mes no es para nada una mala vida. En todo nuestro trayecto en este mundo pasamos por cosas buenas y malas y no significa que se vaya a durar para siempre. Así que no te torture, sé amable contigo y piensa que todo pasa.