Una de las preguntas más recurrentes a lo largo de nuestra vida, es cómo conseguir la felicidad y acceder a todas esas cosas que nos hacen sentir mejor. En este sentido, en ocasiones sobre nuestra mente llega la temida siguiente pregunta: ¿nos merecemos algo más? ¿Creemos que la vida nos tiene que sonreir? Esta es una cuestión trascendental vinculada a nuestra felicidad, objetivos y propósitos.
Lo que puedes hacer para sentirte mejor
La felicidad se define como: "La decisión de elegir actitudes y comportamientos que hacen sentirnos mejor todos los días". Y es que, aunque parezca una cuestión trivial, los seres humanos luchamos en nuestro día a día por sentirnos mejor, es decir, por ser más felices, o lo que es lo mismo, por ser nuestra mejor versión. Nadie dijo que alcanzar la felicidad fuera una tarea fácil, sin embargo, aquí estás tú para conseguirlo:
1. No te dejes dominar por el entorno
Una de las claves que debemos conquistar para sentirnos mejor, es no dejar que el entorno que nos rodea, así como los factores externos que dominan nuestra vida, nos dominen.
2. Dale el justo valor a las cosas materiales
Sentirte que eres tú mismo y hacer que te sientas mejor, pasa por restar valor a todas las cosas materiales que deseas en la vida. A partir de ahora, lo importante eres tú, y lo material debe pasar a un segundo plano. Esto nos permite focalizarnos y tener paz interior, y así destinar nuestras energías a lo que nos interesa, con positividad y optimismo, para que llegue a nuestra vida lo que nosotros anhelamos.
3. Vence las culpas
Uno de los grandes escollos para conseguir la felicidad son los sentimientos de culpa que arrastramos a lo largo de toda nuestra vida. Si quieres sentirte mejor, tira por la borda todas esas culpas y ábrete a los cambios que te traerá la vida.
4. Adiós a la zona de confort
Con toda la base anterior, si creemos que merecemos algo más luchemos por ello: ¿qué podemos hacer para conseguir lo que deseamos? ¿Qué estamos dispuestos a hacer? Cada uno de nosotros encontrará diferentes respuestas a todas estas cuestiones, pero lo importante es atreverse a salir de la zona de confort. Es el primer paso. Eso sí, no nos sintamos presionados, todo sigue su tiempo y su ritmo. Obsesionarse tampoco es bueno.
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Permítete más
Pero además de estas tres claves, para sentirnos mejor también tenemos que empezar a permitirnos más. Piensa que estar bien contigo mismo (y no sólo estar a bien con todos los demás) es una de las claves básicas de la felicidad. En este sentido, permitirse más significa también proponerse metas propias, porque se ha demostrado que las personas que se sienten bien con su futuro, son personas más felices. El marcarse objetivos propios trae consigo el sentido del logro y la satisfacción por haberlos alcanzado.
Sin embargo, debes tener en cuenta que todas las metas que te propongas deben de ser alcanzables, ya que si te propones algo demasiado alejado de la realidad, sentirás una sensación de frustración y estrés innecesario, y esto te alejará de la felicidad.
Una vez hemos mantenido nuestra privacidad en cuanto a nuestros objetivos y metas, los mantenemos bajo silencio, en pausa y en camino, sin permitir que otras personas valoren lo que estamos haciendo. Esto nos ayudará a centrarnos en nuestro camino, sin sentir la presión de terceras personas, en cada una de esas preguntas incómodas. Así mantenemos la calma, estamos conectados con nosotros mismos.
Descubre hasta dónde estás dispuesto a llegar
Para ser feliz, es importante saber qué se está dispuesto a hacer para conseguirlo. Y es que la felicidad es un objetivo anhelado, que todos los seres humanos buscamos y que, en ocasiones no encontramos, porque no enfocamos bien nuestros objetivos o porque la buscamos donde no ésta.
¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para sentirte mejor y alcanzar la felicidad? Plantéate esta pregunta todos los días, y descubrirás que para alcanzar la felicidad, es necesario que empieces a cambiar aspectos de tu vida que te impiden ser feliz.
Descubrir hasta dónde estás dispuesto a llegar para sentirte mejor pasa por encontrarse y conocerse a uno mismo, ya que esta es una de las claves para alimentar la autoestima y alcanzar el bienestar emocional. Pero también pasa por encontrar el equilibrio adecuado en la vida, reconocer las emociones que nos hacen daño y sacar fuera todo aquello que nos limita, que nos impide ser felices.
Finalmente, el afán de superación nos ayudará a ser más conscientes sobre nuestra propia vida y a decidir cómo queremos vivir. Y esa libertad que se deriva del afán de superación, nos ayuda a sentirnos más felices.
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