Cultivar nuestro interior, crecer por nosotros mismos, desarrollar una buena actitud ante la vida, potenciar nuestra energía y mostrar empatía positiva con la del resto de personas. A todo eso es a lo que nos referimos cuando hablamos de vivir sin apagar la luz de los que nos rodean, puesto que como ya estableciera Gandhi, en eso reside la grandeza de una persona.
"Grande es aquel que para billar no necesita apagar la luz de los demás"
Tu poder reside en tu valor, no en la luz de quienes te rodean
Desde que nacemos, los seres humanos buscamos nuestro propio bienestar, pero a veces no nos damos cuenta de que para conseguir la vida que tanto ansiamos, nos llevamos por delante los sueños e ilusiones de otros. En este error es en el que caemos cuando no encontramos el valor, cuando hemos perdido la motivación y cuando hemos dejado un lado la actitud optimista, y ciertamente para salir de esta situación no tenemos que absorber las energías de nadie más, ni dejarlos en mal lugar.
Acercarte a tu gran valor en pequeñas acciones del día a día
Como decimos, no necesitamos tener a nadie a nuestro lado para brillar con luz propia, porque todos nosotros podemos conseguir lo que nos propongamos si nuestra actitud es la correcta. Hay que recordar que normalmente las personas que están a nuestro lado son aquellas que nos quieren y que nos apoyan, por lo que si nos aprovechamos de sus energías lo que haremos será hacerles un daño que no es necesario:
- Trabajar nuestro desarrollo personal a diario: mediante cuestiones tan sencillas como mostrar siempre una actitud positiva, activa y optimista, conseguimos fuerza para enfrentarnos al día a día, conectando más con nuestra esencia interior y sintiéndonos más seguros.
- Mostrarnos alegres por los logros de los demás: esto servirá de apoyo a nuestros seres queridos y nos hará más grandes, porque nos aportará plenitud a nivel personal y nuestra luz se verá reflejada en la del resto.
Esa luz interior que todos llevamos dentro comenzará a emerger sólo cuando estemos realmente preparados, entonces nos daremos cuenta que todo ha comenzado a fluir, y que esas situaciones que no sabíamos muy bien como gestionar, como las rencillas y la envidia, se van alejando de nosotros para comenzar a brillar.
Para alcanzar tu luz interior, apuesta por la empatía
Un aspecto fundamental para brillar por nosotros mismos está relacionado con nuestras metas y con los muros que nos encontramos en el horizonte, hablamos de todas aquellas creencias limitantes que desde bien pequeños han entrado en nuestros pensamientos y nos han ido alejando de la pureza.
1. La empatía, la clave de tu luz
El trabajo de la empatía tiene múltiples beneficios, y trabajar esta capacidad nos ayuda a entender más a los demás, a lo que sienten, a lo que es tan importante para ellos, para sus objetivos vitales. Así, trabajar la empatía nos acerca al respeto, al entendimiento, esa sensación de alegrarse por los logros de los demás.
2. Mayor nivel de autoestima, mayores posibilidades para no absorber la luz de tus iguales
Hay ciertos conceptos que siempre nos acompañarán en nuestra vida y en este caso hablamos de conceptos negativos. De la envidia, de los errores del pasado, de los miedos que tanto cortan nuestros sueños, nuestras alas para volar. Vivir pensando en ello nos resta, nos aleja del camino que recorremos para alcanzar nuestra luz propia, y si queremos brillas los miedos deben ser despejados porque con todo ello, aumentará nuestra autoestima. Y, desde el momento en el que nuestra autoestima comience a ascender en su propia escala, veremos las cosas desde otro punto de vista.
Una mirada a la creencia en nosotros mismos nos permite brillar sin tener que apagar la luz de los demás, porque nos alegramos de su fortuna y eso como personas nos enriquece todavía más.