Tal y cómo aseguraba el psicólogo estadounidense, Wayne Dyer:
“cuando te amas y te respetas a ti mismo, la desaprobación de alguien no es nada que haya que temer o evitar”.
Una frase en la que se pone de manifiesto la enorme importancia que tiene el hecho de sentirnos bien con nosotros mismos, para vivir una vida plena y feliz. Sin embargo, y aunque pueda parecer una tarea muy sencilla, no es fácil aprender a sentirse bien con uno mismo, simplemente, porque tenemos cierta tendencia a preocuparnos demasiado por los demás, dejando en un segundo plano nuestros sentimientos y necesidades.
Estar a gusto con uno mismo, sentirse bien con nuestro yo, tiene innumerables ventajas, una de ellas es que sólo cuando estamos bien con nosotros mismos, conseguimos sentirnos bien también con los demás. Pero además de esto, otra de las grandes ventajas de sentirse bien con uno mismo, es que con esto podemos mejorar considerablemente nuestra autoestima. Piénsalo, una persona que se valora poco o nada así misma, no es capaz de ver las cosas que hace bien, por lo tanto, su nivel de autoestima es muy bajo.
Decía William Shakespeare que "el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos". Y es que todos, absolutamente todos nosotros, podemos dar el paso hacia sentirnos bien con nosotros mismos, si cambiamos algunas pautas diarias que nos enfoquen hacia nuestro objetivo:
Abraza tus defectos
Una de las primeras cosas que debes hacer para empezar a sentirte bien y estar de buen humor contigo mismo es admitir que tienes defectos, que tienes tus cosas buenas pero también tus cosas malas. Aunque, también debes saber que no hay nadie perfecto, porque todos los seres humanos estamos completos con esas dos caras: la de las virtudes y la de los defectos. Lo mejor es que empieces a reconocer cuáles son tus principales fortalezas y cuáles son tus debilidades, y si crees que debes mejorar en algo ¡adelante!, pero hazlo por ti, no lo hagas por sólo por los demás.
Valora la independencia
Padres, pareja, hijos, amigos...Todos tenemos relaciones que a veces lastran nuestra independencia. Pero no se trata de luchar contra ellos, sino de saber reservarse una pequeña parcela para la independencia. Aunque tengas hijos o pareja, la felicidad pasa por ti mismo, no por terceras personas. Por eso, es muy importante que te conozcas a ti mismo y que aprendas a aceptarte y a quererte más y mejor. No debes construir toda tu felicidad en base a los demás porque, por desgracia, nadie es eterno, y las personas que más amas puede que algún día se marchen.
Acéptate como eres
Si tu objetivo es disfrutar y sentirte bien contigo mismo, no te quedará más remedio que aceptarte tal y como eres. No vale con ser un conformista, pero tampoco con ser un perfeccionista. En definitiva, ni trates de ser el mejor en todo siempre, ni tampoco te conviertas en una persona cómoda que se dedica a verlas venir. Sólo acéptate como eres, pero recuerda delimitar lo que quieres.
Cree en ti mismo
Piénsalo ¿cuántas veces te has puesto a ti mismo la zancadilla y te has convertido en tu principal obstáculo para conseguir tus objetivos? Todo esto no sucedería si empezaras a creer más en ti mismo.
Convierte tus diferencias en tu principal activo
Todos y cada uno de nosotros somos únicos y diferentes...Por lo tanto ¿qué te impide pensar en ti mismo como en alguien único? Esto te ayudará a recuperar la confianza en ti mismo, a reafirmarte, y también a tomar conciencia de tus puntos fuertes.