El yoga es un ejercicio de hace miles de años que se viene practicando en todo el mundo. La expansión del yoga, un ejercicio de origen oriental, hasta nuestros días, se comprende si analizamos la cantidad de beneficios emocionales y espirituales que tiene el yoga que provoca a quien lo practica. Son beneficios para el cuerpo, pero también para la mente, para nuestra alma y para nuestro espíritu.
La filosofía del yoga se centra en que cuerpo, mente y espíritu están ligados. Por eso, el yoga no solo aporta los beneficios físicos que puede darte cualquier deporte, sino que además el yoga puede funcionar como terapia psicológica porque nos ayuda a conectar con el alma.
Cómo la práctica de yoga puede ayudarte a trabajar la espiritualidad del alma
Si hablamos del tema emocional y espiritual, el yoga tiene una gran cantidad de beneficios mentales. Seguramente, si lo practicas habrás podido comprobar cuáles son. Pero de todos ellos, hay algunas ventajas de la práctica del yoga que nos ayudan a trabajar el sentido espiritual y que no deberíamos dejar escapar. Descúbrelos uno a uno y súmate a esta increíble práctica porque enseguida los notarás.
1. Mejora la atención y la concentración
Al practicar yoga podrás aprender a controlar tu mente. Se trata de algo que no es nada fácil, pero está comprobando que, por medio de una constancia, se puede conseguir. Esto quiere decir que iremos comprobando, poco a poco, como nuestra atención se dirige, exactamente, donde nosotros queremos. En la vida diaria nos entretenemos con miles de asuntos que roban nuestra atención a lo que estamos haciendo. Rumiaciones, preocupaciones o disgustos, que se meten en nuestra cabeza y nos impiden realizar las actividades normales. Así, por medio de la meditación que acompaña al yoga, podremos controlar estos pensamientos y dirigir nuestra atención a los asuntos realmente importantes. Este es uno de los grandes puntos a favor del yoga para relajar nuestra mente y es que el final el yoga produce una serie de cambios en nuestro cerebro que nos ayudan a controlar nuestras emociones, trabajar la autoconsciencia y a reducir incluso el deterioro cognitivo.
2. Reduce el estrés
Vivimos en un mundo donde llevamos el estrés a cuestas. La casa, los niños, la familia, el trabajo… No damos a basto, y es que nuestra sociedad va tan deprisa, que ya ni siquiera nos paramos a ver qué es lo realmente importante. La práctica del yoga nos ayuda a reducir la ansiedad y poner en marcha ciertos ejercicios de yoga nos ayudará a evitar estar estresados en la medida que educimos los niveles de cortisol, la hormona que se libera en respuesta al estrés. Se trata de una hormona que es necesaria, pero que, cuando la liberamos en grandes cantidades y en momentos que no la necesitamos, produce efectos secundarios indeseados.
3. Mejora el sueño
Dormir bien es algo que, aunque muchas personas no valoran por las prisas, resulta fundamental en nuestras vidas. Hoy en día, disponemos de un sinfín de preocupaciones que pueden alterar nuestro sueño. Pero el yoga nos ayuda a descansar mejor. Mediante la práctica del yoga, podemos aumentar la producción de melatonina, la hormona que regula los ciclos de sueño. Nuestro descanso se vuelve más efectivo, lo que además, hará que nos encontremos de mejor humor durante el día y seamos mucho más efectivos en nuestras tareas.
4. Mejora las relaciones de pareja
Una de las claves fundamentales en las relaciones de pareja es el sexo. No es que las relaciones sexuales lo sean todo en una relación, pero sí que influyen notablemente en el devenir de la misma. Mediante el yoga podemos mejorar nuestra complicidad con nuestra pareja, y, de esta forma, podemos salvar también nuestra relación. A menudo, las cosas se vuelven monótonas en nuestra vida. Es normal si la rutina se instala en nuestra casa y nuestras obligaciones no nos dejan tiempo ni energía para nada más.
Cuando hacemos yoga estamos fortaleciendo los músculos de la pelvis y aumentando nuestra flexibilidad, lo que hará que experimentemos unas mejores relaciones y disfrutemos más.
En definitiva, practicar yoga es bueno para fortalecer nuestra mente y nuestro estado anímico porque forzamos a nuestro cuerpo a desconectar, a sentirlo mejor y a vivir el momento.