A lo largo de los años, numerosos estudios científicos han puesto de manifiesto que la autoestima y la depresión tienen un vínculo en común. Y es que, aunque el origen de la depresión puede deberse a múltiples factores, algunos estudios clínicos revelan que una autoestima baja hace que la persona sea más vulnerable a la depresión.
¿Indica una baja autoestima la presencia de la depresión?
Si bien son varios los síntomas evidentes de la depresión esta situación que puede estar igualmente provocada por múltiples factores. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la depresión se produce por la interacción de factores puramente biológicos ( como los cambios hormonales o la alteración de la serotonina) con factores psicosociales (estrés o cambios en la vida afectiva) y también con factores de personalidad.
Sin embargo, y partiendo de la base de que el origen de la depresión es multifactorial, numerosos estudios científicos como los de Juan Herrero, Gonzalo Musito y Enrique García, han revelado que cuando una persona mantiene una baja autoestima durante mucho tiempo, se convierte en alguien más vulnerable a sufrir una depresión tal y como comentamos.
Y es que, según mantienen muchos expertos en psicología, cuando una persona no se acepta a sí misma y carece de sentimientos positivos hacia su propio ser, esta persona se va quedando, poco a poco, sin recursos psicológicos para afrontar una depresión. Sin embargo, y pese a todas estas evidencias, los psicólogos especializados en el estudio de la personalidad no han llegado a la conclusión de que tener una baja autoestima sea un criterio plenamente necesario para ser diagnosticado de depresión.
¿Qué nos lleva a la depresión?
Las causas que llevan a la depresión pueden ser muy variadas y, como decíamos, el hecho de tener una baja autoestima no es una causa que justifique por sí misma el hecho de padecer una depresión. En muchos casos, las causas de la depresión son puramente biológicas, pues se ha demostrado que las personas diagnosticadas de depresión presentan altos niveles de la hormona cortisol, así como algunos desajustes en la serotonina, la dopamina y la noradrenalina.
Pero también los factores genéticos son una causa común en muchas depresiones, al igual que también influyen los factores puramente sociales. Y es que muchas personas van minando poco a poco su vitalidad y sus deseos de vivir debido a sentimientos de culpa desmesurados, o también por el exceso de exigencia que se autoimponen, incluso, por fracasos que se producen de forma reiterada a lo largo de la vida.
¿Cómo podemos mejorar nuestra autoestima?
Cuando una persona posee una alta autoestima, estamos ante una persona que se respeta a sí misma, que se valora y que se considera. Sin embargo, esto no quiere decir que la persona se vea en un grado máximo de perfección, sino que asume sus propias limitaciones y está dispuesta a mejorarlas para crecer personalmente.
En el lado opuesto, una persona con baja autoestima es aquella que sufre percepciones de rechazo o de insatisfacción para consigo misma, cree que no vale nada, y su percepción de sí misma no es agradable y desearía que fuera de otra manera. Sin embargo, el hecho de tener una baja autoestima no significa tenerlo todo perdido, ya que si la persona se lo propone, puede llegar a aumentar su autoestima, sobre todo, si es capaz de detectar el origen de su baja autoestima.
También se ha demostrado que cuando una persona es capaz de sustituir sus objetivos por valores, y cuando aprende a identificar sus verdaderas fortalezas, es capaz también de mejorar su autoestima. Asimismo, otra clave para mejorar la autoestima, es aprender a convertir los pensamientos negativos en respuestas racionales, y también aprender a separarse de los propios miedos y saber aceptarlos con humildad y espíritu de compromiso.
Fuentes consultadas:
- Branden, N. (1991). "Cómo mejorar su autoestima". Editorial Paidós. Buenos Aires.
- Herrero, J. Musito, G. Gracia, E. (1995): "Autoestima y depresión: relaciones directas versus indirectas". Revista de Psicología Social, 10, 2. Págs. 191-204.