Para mejorar la relación que tenemos con los demás, el primer paso es aprender a dialogar y a conversar con nosotros mismos. Esta es una cuestión que está completamente ligada a nuestra autoestima, a nuestra percepción. El modo en el que hablamos con nosotros mismos es vital para comprender el estado de nuestras emociones.
Un reto para la autoestima
En ocasiones llegamos a ser muy críticos con nosotros mismos, y caemos en el error de admitir la culpa ante cualquier situación. Este tipo de gestos comunicativos con nosotros mismos pueden acarrear ciertos problemas de autoestima. Hablamos de aquellos momentos en los que nosotros mismos nos dedicamos unas palabras de más, un comentario desafortunado que atenta contra con nuestro amor propio, así como la seguridad o la confianza que tenemos sobre nosotros mismos.
Es por este motivo que la forma en la que nos expresamos hacia nosotros mismos, los pensamientos que tenemos hacia nuestro comportamiento tienen un impacto muy elevado sobre nuestra autoestima, porque entra en juego el estado de nuestros sentimientos y los peligros de las creencias limitantes, de los prejuicios así como de los pensamientos irracionales que acaban por limitarnos.
Hablarnos desde el respeto a nosotros mismos aumenta nuestra autoestima
Los diálogos internos son la clave para escucharnos, hablarnos y respetarnos a nosotros mismos. Está bien tener alguien en quien confiar, alguien con el que desahogarse, pero una buena comunicación con nosotros mismos nos permite conocernos mejor y apostar por llevar a cabo aquellas cosas que verdaderamente deseamos.
En este sentido es muy importante gestionar el sentimiento de culpa y bajar las expectativas o las exigencias que tenemos con nosotros mismos. Con estos dos pilares básicos, nos será mucho más sencillo tener conversaciones positivas y respetuosas con nosotros mismos, alejadas de los castigos y más próximas hacia la comprensión. Todo esto, nos ayuda a trabajar nuestra imagen y nuestro nivel de autocomprensividad, para encontrar en nosotros la respuesta a la gran mayoría de problemas que tenemos.
1. Conecta con tu vida interior
Todos tenemos un 'yo social' que necesitaos cultivar para no sentirnos solos en la vida, pero también contamos con un 'yo individual' que necesita apoyarse constantemente en uno mismo. Por lo tanto, necesitas conectar más a menudo con tu vida interior para aprender a hablarte a ti mismo sin dañar tu autoestima. Busca todos aquellos entornos que propicien esa conexión con esencia interior.
2. Valórate con optimismo
Una de las claves esenciales para proteger la autoestima cuando hablemos con nosotros mismos, es aprender a plantear siempre las cosas en términos positivos. Y es que el pesimismo es uno de los peores enemigos que podemos tener, ya que nos mantiene atrapados en un laberinto sin salida, que acaba perjudicando a nuestra autoestima.
3. Valora lo que tienes ahora
Uno de los aspectos que más daño nos hacen cuando nos hablamos a nosotros mismos es, sin lugar a dudas, volver a las cosas que nos han sucedido en el pasado. Sin embargo, al pasado debemos valorarlo en su justa medida y no darle más importancia de que la en sí tiene, pues del pasado podemos extraer conclusiones y experiencias que nos ayuden a crecer. Lo importante es el ahora, valorar a quienes nos rodean ahora, y ser consciente de los logros que consigues cada día, en el presente.
Al analizar cosas que nos han ocurrido en el pasado, debemos saber que ahora no somos los mismos de antes, que el paso del tiempo nos ha cambiado, y por lo tanto, que no podemos esperar lo mismo de nosotros a día de hoy, que años atrás.