Decía Oscar Wilde que "el valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa". Y es que, ¿cuántas ideas nos rondan la cabeza día a día, y somos incapaces de defenderlas como se merecen por miedo al qué pensaran los demás de nosotros? Asimismo, Ramón y Cajal expresó con mucho acierto una gran verdad sobre las ideas y dijo que: "o se tienen muchas ideas y pocos amigos, o muchos amigos y pocas ideas". Y es que todos, en algún momento de nuestra vida, sentimos miedo a defender nuestras propias ideas y principios por evitar conflictos con los demás.
Expresar las propias ideas y principios es un derecho fundamental que está reflejado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por lo tanto, cualquier persona, sin importar su posición, tiene el derecho a expresar y defender sus propias ideas.
Sin embargo, hay muchas razones que nos pueden llevar a no querer expresar lo que sentimos o pensamos, como pueden ser: la falta de confianza en nosotros mismos, una baja autoestima, el miedo a las represalias o a sentirnos incomprendidos, o la búsqueda constante de la aceptación de los demás.
5 claves para defender tus propias ideas y principios sin miedo
¿Sientes miedo o cualquier otro tipo de emoción negativa ante el hecho de tener que defender tus propias ideas? No sigas por ese camino, deja de autocensurarte y expresa cada emoción o sensación que pienses sin miedo a nada:
Maneja tus emociones
Lo primero que debes dejar de pensar es que el hecho de defender tus propias ideas es una batalla para atacar a la otra persona. En este sentido, es conveniente ser más receptivo y comunicarse con los demás de una forma más positiva y empoderadora. Es decir, defendiendo lo que piensas sin necesidad de atacar a los demás. En lugar de actuar impulsivamente un ejercicio de gestión emocional nos ayudará a relajarnos para expresar nuestra perspectiva sanamente.
Y es que, para defender una idea o un determinado principio, no es necesario insultar o faltar a otra personas. De cualquier manera, las ideas son propias de los humanos, lo que implica que quien finalmente le da viabilidad, es una persona, y todos sabemos que cuando las personas somos persuadidas, y no obligadas, respondemos mucho mejor.
Escucha a los demás
¿Cuántas veces has discutido con otras personas y al cabo de un rato te has dado cuenta de que ambos defendíais el mismo punto de vista? Esto sucede cuando no somos capaces de escuchar a los demás. Si aprendes a escuchar a los demás antes de exponer tus propias ideas, es posible que tu idea, creencia o principio comience a crecer, y se haga, incluso, mucho más fuerte ante los demás.
Exprésate con positividad
Expresar el propio punto de vista ante los demás está bien, siempre y cuando seamos capaces de no caer en la arrogancia. Por ello, es mejor expresar la propias ideas desde una posición positiva y humilde porque, de esta forma, estarás mostrándole a tu interlocutor que tu idea también es positiva, y éste la recibirá con un mayor agrado.
Ilustra tus ideas
Ninguna idea, postura o punto de vista es absoluto porque la verdad siempre esconde muchos matices y opciones diversas. Por ello, a la hora de expresar tus ideas y hacerlas valer frente a los demás, es importante ejemplificarlas cuando las estés exponiendo. Piensa que un ejemplo concreto es mucho más difícil de rebatir que una idea abstracta.
- Lora, S. (2018) Haz que te escuchen y triunfa con tus ideas: Cómo desatar el superpoder de la comunicación, paso a paso.