Cómo funciona la teoría de la mente

El proceso de metacognición o cómo desarrollar tu pensamiento propio

Muchas veces hablamos del sentido común y de su importancia para sobrevivir en el día a día, pero pocas veces nos detenemos a pensar en el pensamiento propio, la metacognición. Todos los seres humanos tenemos una serie de capacidades innatas desde el punto de vista de la psicología que desarrollamos a lo largo de la vida, y una de ellas es precisamente la metacognición, con la que podemos comprender y ser conscientes de nuestros propios pensamientos y de desarrollar el pensamiento propio, además de la capacidad de otros para pensar y valorar la realidad.

Metacognición ¿qué es?

Lo primero que deberíamos hacer antes de hablar del desarrollo del propio pensamiento es definir la metacognición, un concepto muy común en el mundo de la psicología pero que curiosamente aún no aparece en el diccionario de la RAE. John Flavell, uno de los pioneros en su estudio, hablaba de la metacognición como “el conocimiento de uno mismo concerniente a los propios procesos y productos cognitivos o a todo lo relacionado con ellos”. Hay que saber utilizar las habilidades metacognitivas para utilizar bien los procesos mentales.

Y son precisamente esos conocimientos de uno mismo los que nos permitirán desarrollar nuestro pensamiento propio. Muchas veces nos movemos según los criterios o pensamientos ajenos, criterios que nuestra sociedad de masas y global ha contribuido al desarrollo personal y a asentar en la propia sociedad. Sin embargo, la base de cualquier crecimiento personal o profesional se basa en el desarrollo de un pensamiento propio, algo a lo que no todo el mundo es capaz de llegar.

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Cómo construir tu propio pensamiento


Para desarrollar nuestro pensamiento propio o la teoría de la mente, debemos pasar por un proceso que empieza por la asunción de una serie de principios. Uno de los más destacados es el de la autoafirmación, confiar en uno mismo, tener seguridad en uno mismo y en las decisiones que tomamos. Por eso, como hemos visto muchas veces, hay que valorarse a uno mismo y confiar en nuestras capacidades, sin entrar en comparaciones con lo que podemos encontrar fuera y que aparentemente nos pueden dejar detrás, creando una autoestima baja y minando nuestra confianza.

En ese proceso de desarrollo del propio pensamiento también pasamos por un aprendizaje en el que vamos adquiriendo conocimientos que nos permiten evolucionar ese pensamiento. A medida que el pensamiento propio se vaya asentando se irá convirtiendo en certezas, pero no hay que pasar por alto la compasión y comprensión: tu pensamiento propio no tiene por qué ser mejor que el de los demás. Como hemos dicho antes, la metacognición nos permite conocer nuestros pensamientos, pero también los del resto, lo que implica su comprensión.

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Llegados a este punto también hay que hablar del entrenamiento de las habilidades con las que nos será más fácil desarrollar y asentar ese pensamiento propio sin tratar de imponerlos al resto de la gente y comprendiendo a los que piensan diferente a nosotros. Por ejemplo, la autoafirmación y la autoconfianza se pueden entrenar: hay que buscar en nosotros las respuestas o soluciones a todas las dudas y problemas que nos puedan surgir en vez de buscarlas fuera. Tienes que aprovechar todo tu potencial y sacarle el máximo partido.

Una última cuestión a trabajar a la hora de desarrollar nuestro propio pensamiento es la capacidad de autocrítica, tan importante como la autoconfianza. Muchas veces la mejor autocrítica la podemos desarrollar a partir de las opiniones de nuestro entorno más cercano sobre las decisiones que hemos tomado a partir de ese pensamiento propio. Hay que preguntarles sobre su opinión, y en una fase posterior les consultaremos antes de tomar la decisión para asegurarnos que acertamos con nuestra elección. Llegará el punto en que no necesitarás preguntar para asegurarte de que has tomado la decisión correcta. Entonces tu pensamiento propio se habrá asentado.

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Pau Sisternas

Graduado en Periodismo y comunicación por la Universitat de València. Postgrado en formación del profesorado de Español como Lengua Extranjera. Periodista, blogger, community manager, apasionado del deporte y atleta en mi tiempo libre. De Valencia, intento vivir de lo que más me gusta escribiendo en blogs. Aficionado a cualquier deporte, adicto a las series, creo que las películas se disfrutan más con palomitas. Aunque suene a tópico, a mi también me gusta leer, viajar y la buena comida.

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