La respuesta fisiológica del estrés varía en función de si es prolongada o transitoria, si es el estrés es agudo o crónico... pero en cualquier caso y en todas las situaciones, el estrés altera la memoria. Ya sea por la dificultad para codificar información, por no poder recuperar recuerdos o incluso, por la claridad con la que se nos vienen a la mente en algunos casos.... está claro que la memoria es diferente con el estrés. Y la realidad es que el estrés tiene graves consecuencias en nuestra salud, y ésta es una de las más peligrosas.
Seguramente si te pones a pensar, puedes recordar diversos eventos de estrés con diferentes niveles de memoria. Puedes recordar algunos hábitos que te producen estrés continuado, como un examen, donde has perdido momentáneamente todos los conocimientos que habías almacenados, son esos momentos donde el estrés, te ha jugado una mala pasada.
La verdad es que todo tiene una explicación, y más allá del plano emocional, tenemos que recordar que nuestras emociones están estrechamente ligadas con nuestro organismo. La unión entre nuestro cuerpo y nuestra mente se hace muy evidente en el tema del estrés, y esto hace que en psicología encontremos razones de sobra para entender la relación entre el estrés y las pérdidas de memoria.
La respuesta fisiológica del estrés y la memoria
Para explicar cómo influye el estrés en la memoria, lo primero que debemos entender bien, es como reacciona nuestro cuerpo cuando tenemos estrés. Para empezar, debemos entender que el estrés aparece cuando entendemos que nos encontramos ante una situación a la que no podemos hacer frente con los recursos que tenemos. Entonces, nuestro cuerpo libera las hormonas del estrés, llamadas glocucorticoides.
Estas hormonas provocan diferentes reacciones en nuestro cuerpo. Por un lado, nuestra respiración se acelera, nuestro corazón palpita más rápido y las reservas de glucosa se liberan para que podamos utilizarlas como fuentes de energía... todo esto hace que nuestro organismo funcione de manera diferente. Cuando los glucocorticoides se concentran demasiado, es decir, cuando el estrés se torna crónico, estas hormonas pueden dañar nuestro organismo, concretamente el hipocampo, ya que los glucocorticoides redirigen la glucosa desde el hipocampo hacia los músculos que se encuentran más cerca. Y aquí justo es cuando aparece la pérdida de memoria por estrés.
Efectos del estrés crónico o transitorio en la memoria
Cuando estamos en una situación estresante, todos nuestros recursos se centran en esa situación, y todo nuestra atención está localizada en estos estímulos. De esta forma, se causan problemas de memoria al no tener en cuenta el resto del contexto, y solo estar atentos a una cosa en concreto. Y es que, cuando prestamos atención a una cosa, no miramos alrededor.
Pero el estrés no influye en la memoria solo en el momento en el que se produce, sino que además, si la respuesta se mantiene de forma crónica, puede provocar daños a largo plazo en el cerebro. Si estamos constantemente estresados por una vida laboral agitada y un situación familiar difícil, por ejemplo, consumimos todas las reservas de nuestro organismo y puede ser perjudicial para nuestros niveles cognitivos. Por eso, resulta tan importante, conseguir deshacernos de este tipo de estrés.
Cuando pasamos por situaciones de estrés nuestro cuerpo entra en desequilibrio, pero ya se trate de estrés agudo o transitorio, pasa por una fase y luego recupera la homeoestasis, es decir, el equilibrio que necesitamos. Sin embargo, cuando el estrés es crónico esto no sucede, lo que nos produce consecuencias como dolores de espalda, de estómago, insomnio, depresión, etc...
Y entre todas estas causas que nos trae el estrés, está la pérdida de memoria. En el caso del estrés crónico el caso más grave puede derivar en una demencia, y es que las funciones de los glucocorticoides en el hipocampo producen estas consecuencias.