Cambios psicológicos de la edad madura

La guía definitiva sobre los cambios psicológicos en la vejez

No es ningún secreto que la vejez pasa factura, y es que, nuestros huesos se debilitan, los músculos se cansan y la piel se arruga. Nuestro cuerpo pierde facultades pero nuestra mente también. Los cambios psicológicos se hacen efectivos en la vejez, y del mismo modo que cuidamos nuestro cuerpo, también debemos cuidar nuestra salud mental. Estos cambios psicológicos tienen que ver también con los aspectos cognitivos y biológicos.

Es necesario que entendamos que, no existe un patrón único, sino que los cambios psicológicos de la vejez afectan a cada persona de una forma, teniendo en cuenta diversos factores en su vida, tanto culturales como socio-económicos. De esta forma, según las condiciones de vida, las amistades, el dinero del que dispongamos o la pareja que envejezca con nosotros, los cambios nos vendrán de una u otra forma.

Aún así, existen ciertas áreas que todos vemos afectadas en nuestra vejez, por eso, una forma de cuidarnos mejor es conocer la forma en la que se debilitan nuestras funciones. Y, una de ellas sin lugar a dudas es la memoria, la que más nos preocupa a todos. Por eso, saber cómo podemos cuidarnos en la edad adulta a nivel mental para proteger y potenciar dichas funciones de la mejor forma posible.

La inteligencia emocional en la vejez

Uno de los aspectos más curiosos de la inteligencia es que no paramos de entrenar y entrenar. Durante nuestra vida nos vamos preparando para alcanzar nuestros objetivos, cada vez aprendemos más y de repente, cuando alcanzamos nuestro máximo nivel de madurez, es cuando comenzamos a sufrir algunos cambios, por ejemplo las problemas de memoria y así hasta perder competencias.

Y no es solo que nuestras habilidades comiencen a desgastarse, sino que también, aparecen las dudas y el desánimo. Empezamos a sentirnos menos útiles y nuestra motivación comienza a decaer. Nos apartan de nuestro trabajo como si, después de llevar toda la vida sacando adelante todas nuestras habilidades ya no fuéramos válidos. Y esto puede hacer que nuestro ánimo decaiga.


Es en este momento cuando no debemos olvidar nuestro lugar en este entramado. Nuestra inteligencia emocional en la vejez nos debe permitir acomodar toda nuestra sabiduría adquirida a lo largo de la vida y dirigirla hacia nuevos objetivos. Como ya dijera Daniel Goleman en sus teorías de la inteligencia emocional, podemos sufrir una crisis al comenzar a delegar y a dejar de hacer lo que hasta la fecha hacíamos. Es así como podremos tomar las riendas de nuestra vida en la edad adulta y alcanzar la auto-realización en esta etapa.

Las áreas afectadas

Saber qué aspectos a nivel psicológico, cognitivo y biológico se deterioran en la vejez puede darnos muchas pistas sobre cómo afrontar mucho mejor los cambios en esta etapa.

La creatividad

Nuestra relación entre la mente y el cerebro es muy importante, pero de una forma o de otra muchas personas sufren un deterioro en esta relación. Así, una de las capacidades que se ven afectadas en nuestra vejez es la creatividad. Se trata de aquello que nos permite generar ideas, aportar soluciones y asociar contenidos. Esta capacidad mejora a lo largo del tiempo, sin embargo, una vez llega a la vejez se debilita si no se ha ejercitado durante su vida, por lo que, trabajarla mientras podamos, nos dará la oportunidad de tener una mayor habilidad de mayores.

La memoria

Gracias a la memoria recordamos conceptos, nos comunicamos, trabajamos... la memoria tiene varios almacenes y algunos se ven más deteriorados que otros al llegar la etapa madura. De este modo, mientras la memoria a corto plazo no parece verse muy afectada, si podemos observar que con la edad, la recuperación es mucho peor. Existen varias estrategias que podemos utilizar para mejorar la memoria de adultos. Videojuegos, sudokus, agendas... métodos sencillos con estupendos resultados.

La atención

Del mismo modo que pasa con la memoria, y a pesar de que se observa un marcado declive en la atención durante la vejez, no todos los tipos de atención se ven igualmente afectados. De este modo, podemos observar como existen diferencias entre la atención sostenida, la dividida y la selectiva.

En cuanto a la atención sostenida, observamos cómo en la vejez nos cuesta más enfocar la atención al iniciar las tareas. Por lo que respecta a la atención dividida, notaremos deterioro con mayor dificultad de la tarea, y por último, en la atención selectiva, solamente notaremos diferencias entre jóvenes y mayores cuando la información a ignorar sea muy grande.

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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