Cuando escuchamos la palabra autocrítica, puede que no nos suene demasiado bien. Puede que parezca que en parte se trata de un automachaque psicológico que nos repite las cosas que hacemos mal, afectando de forma negativa a nuestra autoestima. Pues bien, nada más equivocado, y es que la autocrítica es una parte muy importante de una sana autoestima.
El término de autocrítica se refiere a una crítica constructiva. Si bien es cierto que repetir incesantemente las cosas que hacemos mal no es muy beneficioso para nuestra salud mental, también es cierto que una buena autoestima consiste en conocer tanto nuestras virtudes como nuestras limitaciones, por eso, realizar una crítica constructiva acerca de cómo podemos mejorar, nos ayudará a mejorar.
Mediante la autocrítica, podemos encontrar en nosotros, aquello que es susceptible de mejora. Se trata de un ejercicio que nos da las ganas y el empuje para poder ser mejor en cualquier campo, a través de un pensamiento reflexivo que nos permitirá conocernos más. Eso sí, es importante no pasarse o podría tener consecuencias negativas.
La importancia del equilibrio en la autocrítica
En el tema de la autocrítica, tan malo es no llegar como pasarse. Las personas que carecen de autocrítica pueden tener problemas, ya que no asumen sus errores y culpan a los demás de sus fallos. Se trata de una actitud que, además de impedirles crecer como personas, también puede llevar a perjudicar a sus relaciones sociales.
Así, podemos entender que no conviene pasar de la autocrítica ni prescindir de la misma. A pesar de que se trata de una práctica saludable, muchas personas huyen de este ejercicio, con el fin de preservar su autoestima. Una decisión errónea, que en lugar de aumentar la autoestima, aumentará su ego y su autoestima y le dará una visión equivocada tanto de nosotros mismos como del mundo.
De esta forma, podemos concluir que, las personas que poseen la capacidad de realizar un ejercicio de autoestima equilibrado son las que poseen una alta autoestima. En cambio, quien evita cualquier tipo de autocrítica, dispondrá de una visión irreal, hará uso de un parche para conservar una autoestima que no será tan buena.
Por otra parte, pasarse con la autocrítica y la capacidad de crítica tampoco es una opción. En este caso, las personas que tienden a responsabilizarse por todo, a juzgar cada uno de sus fallos, miedos o inseguridades y a sentirse culpables todo el tiempo, tampoco dispondrán de una sana autoestima. Son las personas que realizan una práctica exagerada de la autocrítica.
Por eso, lo importante es encontrar el punto justo de autocrítica, para no caer en el autosabotaje y realizar ejercicios constructivos, que nos ayuden a mejorar, que nos permitan ver nuestros fallos y cómo pulirlos. La autocrítica nos ayudará a crecer, pero un machaque continúo nos impedirá alcanzar el éxito. Debemos aprender a ignorar las críticas destructivas para que nuestra autoestima no se derrumbe y practicar la autocrítica constructiva.
¿Cómo usar la autocrítica de manera positiva?
Y cómo encontrar el equilibrio a la hora de practicar la autocrítica no es sencillo, te ofrecemos una serie de consejos que harán que te sitúes justo en el punto óptimo para que la autocrítica te beneficie. Se trata de una serie de actitudes sanas que podemos practicar y que nos ayudarán a sentirnos mejor con nosotros mismos.
Uno de los principales secretos para encontrar el equilibrio, es criticar solo aspectos que puedas cambiar. De nada servirá que critiques tu estatura, o tu edad. Así que limítate a aquellas cosas que están al alcance de tu mano para respetarte a ti mismo, solo así podrás conseguir una crítica constructiva.
Asumir nuestra responsabilidad también nos ayudará a practicar la autocrítica. Si bien es cierto que, a veces ciertas circunstancias o personas nos ponen las cosas difíciles, solucionarlo será nuestra responsabilidad, y poner excusas no nos ayudará en nada.
Ser consciente de que nuestros errores tienen consecuencias y que afectan a los demás, también nos ayudará a ser más críticos con nosotros mismos. Observa lo que pasa cuando tomas una decisión errónea e intenta cambiar esta parte. Todo esto, sin dejar de ser tu mejor amigo. Tienes que tener en cuenta a los demás, pero sobre todo, a ti mismo.