Tanto la inteligencia emocional como la resiliencia son un conjunto de habilidades humanas que influyen de forma positiva sobre la conducta de las personas.
Los pilares de la resiliencia se complementan de las habilidades enfocadas a superar la adversidad y los contratiempos de la vida, y la inteligencia emocional, sin embargo, se dirige hacia el manejo y el control de las emociones. Pero aunque parezcan términos opuestos o que poco tienen que ver, lo cierto es que la resiliencia y la inteligencia emocional son conceptos muy relacionados entre sí desde el punto de vista de la psicología, porque la finalidad de ambas es lograr el bienestar subjetivo y alcanzar la felicidad personal.
Según el psiquiatra Daniel Goleman, la inteligencia emocional es la capacidad humana que permite conocer y manejar tanto las propias emociones, como las de los demás, y también la que nos proporciona satisfacción desde el punto de vista personal. La definición de resiliencia que nos dejaron los expertos Brooks and Goldstein fue que ésta se trata de una capacidad que permite a los seres humanos superar las situaciones más estresantes o traumáticas.
Resiliencia, la capacidad que te acerca la inteligencia emocional
La palabra resiliencia proviene del término latino “Resilio”, que significa volver atrás, volver en un salto, o rebotar. El término fue adaptado por las Ciencias Sociales para caracterizar a los sujetos que, a pesar de haber nacido y vivido en situaciones de adversidad, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos.
Según Rutter, el término resiliencia hace alusión al proceso interactivo en el que participan factores personales (de riesgo y de protección) y del ambiente familiar, social y cultural, es decir, se trata de un proceso dinámico.
Actualmente, se habla de la resiliencia como una emoción única e irrepetible que podemos experimentar cualquiera de nosotros. De hecho, las personas que la experimentan, se vuelven capaces de superar cualquier trance en la vida. El concepto moderno de resiliencia alude a la capacidad para recuperarse de una situación adversa, un trauma o una mala noticia, de forma que ésta no influya en el resto de las cosas que hay en la vida de una persona. Es por ello que, las personas resilientes consiguen sacar recursos que antes no tenían ante la adversidad, y consiguen superarse de forma formidable.
Sin embargo, muy poco se ha hablado de la resiliencia como la capacidad que nos acerca a la inteligencia emocional. Y es que, algunas investigaciones llevadas a cabo desde el campo de la psicología, como la que realizaron Brodkin y Coleman en 1996, han permitido comprobar que, las personas que se sobreponen positivamente frente a la adversidad, presentan mayores habilidades sociales y emocionales, respecto a quienes sucumben ante la misma.
Resilientes e inteligentes emocionalmente
Esto quiere decir entonces que, las personas resilientes son capaces de manejar y comprender mejor sus emociones que aquellas que no disfrutan de esta capacidad tan sumamente valiosa.
Asimismo, la resiliencia es una capacidad que se va adquiriendo con el paso del tiempo, a medida que vamos sumandos experiencias del pasado y que vamos poniendo un énfasis especial en mejorar nuestra vida, así como en superarnos ante las adversidades y contratiempos. Por ello, uno de los ingredientes necesarios para construir la resiliencia, es tener relaciones sociales basadas en el cariño, ya que el hecho de disponer de buenas relaciones, tanto en la familia como con amigos, nos hace ganar confianza en nosotros mismos.
En definitiva, tanto la resiliencia como la inteligencia emocional son dos herramientas imprescindibles en la vida cuando buscamos lograr la satisfacción personal, así como cuando deseamos sentirnos bien con nosotros mismos.
- Belykh, A. (2018). Resiliencia e inteligencia emocional: conceptos complementarios para empoderar al estudiante. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México), 48(1), 255-282.
- Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Barcelona: Editorial Kairós. ISBN: 978-84-7245-371-5.