Si bien es cierto que todos queremos ser listos y guapos, no hay nada mejor que describa lo que las personas más deseamos que el éxito. En los últimos estudios, se ha revelado, que no es la inteligencia clásica la que nos proporciona el éxito, sino que lo realmente importante es poseer inteligencia emocional. Las personas con inteligencia emocional saben de emociones más que nadie. Aprenden cómo reconocer qué emoción están sintiendo en cada momento y por qué, además de atreverse a manejar estas emociones de la mejor forma posible.
El inteligente emocional sabrá cómo actuar en grupo, como ayudar a los demás y saber lo que necesitan en cada momento. La persona que es inteligente emocionalmente tiene una gran capacidad par a influir en el grupo y para mantener unas buenas relaciones sociales.
Las actividades con las que trabajarás tu inteligencia emocional
Por suerte, la inteligencia emocional se puede aprender. No es una capacidad que se tenga o que no, sino que mediante el aprendizaje se puede ir adquiriendo. Si tenemos interés en convertirnos en inteligentes emocionales, podremos gestionar nuestras emociones y mejoraremos nuestra calidad de vida y nos ayudará a sentirnos mejor y a encontrar nuestra forma de triunfar.
Si no tienes ni idea de cómo empezar a formarte y comenzar tu reeducación para ser más inteligente emocionalmente, te proponemos algunos ejercicios que ayudarán trabajar la inteligencia emocional para que ésta termine por ser una cualidad propia de tu personalidad.
Al acostarte, realiza un repaso de tu vida
El primer ejercicio para desarrollar tu inteligencia emocional se produce en el momento de meterse en la cama por las noches. Es fundamental, y es que se trata de un lugar idóneo para hacer una reflexión de cómo te has sentido a lo largo del día. Es fundamental que nos tomemos un tiempo para pensar ya que así nos conocemos a nosotros mismos. Hablamos de reflexionar sobre los tipos de emociones positivas que hemos experimentado a lo largo del día y cómo han influido en nuestra alma, en nuestra mente. De igual modo, también debemos reflexionar sobre los tipos de emociones negativas que tenemos porque a fin de cuentas el autoconocimiento es una característica fundamental de las personas que tienen alta inteligencia emocional.
Debemos aprender donde tenemos nuestras debilidades y nuestras emociones para saber cómo gestionarlas. Y es que, reconocer qué nos pasa es el primer paso hacia una inteligencia emocional. Por eso, llevar un recuento de cómo ha ido tu día y cómo te has sentido en cada momento, te ayudará a conocerte mejor, a desarrollar tu amor propio y solo así estarás más cerca de ser una persona con alta inteligencia emocional.
Trabaja tu empatía
La empatía es otro elemento clave de los inteligentes emocionales. Se trata de personas que saben reconocer qué es lo que siente la otra persona y también lo que necesita. Se define empatía como la capacidad para ponerse en los zapatos del otro, y por eso podemos realizar un ejercicio en este sentido.
Entender a personas afines a ti es fácil. A menudo, podemos observar actitudes de otras personas y reconocernos en ellas, porque es lo que nosotros mismos haríamos. Por eso, también es importante practicar la gratitud con los otros porque el problema viene cuando no nos identificamos con los demás. Ponerse en los zapatos del otro será fundamental en este caso. Te recomendamos que escojas a una persona con la que no tengas mucha afinidad y trates de entender sus actos. De este modo, conseguirás ser una persona más empática. Y es que, recuerda que la empatía consiste en entender el comportamiento de otra persona, a pesar de que nosotros, no actuáramos de la misma manera.
Motívate continuamente
Incluso cuando no tengas ganas, es muy importante que te motives cada día, aunque sea con pequeñas cosas. Algo que puede ayudarnos es aprender a mirar el lado bueno de las cosas. De esta forma, podemos aprender a encontrar las ganas de vivir que necesitamos.
Para conseguirlo, una buena idea es levantarte por la mañana y centrarte en las cosas que te hagan ilusión. Puede ser de la situación más esperada a la cosa más insignificante. Sea lo que sea, encontrar la motivación a cada instante, te ayudará a ser una persona más feliz y con una capacidad más alta de inteligencia emocional.