Si hay algo claro acerca de las vidas de los seres humanos es que cada una de ellas es totalmente diferente. El azar juega un papel fundamental en este sentido, y nacer en un país o en otro, puede suponer todo un cambio en nuestra existencia. La personalidad, los gustos, las aficiones y sobre todo, las situaciones y lo que nos hacen sentir, cambian de manera abismal dependiendo de ciertas cosas.
El tipo de familia, el dinero que tenemos, los recursos materiales... son factores que fijan cómo va a ser nuestra vida. Y aunque en gran parte es cosa nuestra también es verdad que estos puntos influirán notablemente en nuestras decisiones.
Y aunque todos somos diferentes, vivimos culturas muy distintas y tenemos opciones contrarias, la vida se nos presenta igual en cuanto a nuestro cuerpo. Todos pasamos por ciertas etapas vitales en relación con la edad, y la experiencia y la madurez hacen que vivamos las cosas de una forma de determinada.
Las 9 etapas vitales
De este modo, podemos afirmar que todos pasamos por las mismas etapas en cuanto a madurez se refiere, y todas tienen unas características similares a pesar de lo diferentes que pueden ser dos vidas. Se trata de etapas que definirán la forma en la que percibimos las cosas, cómo nos comportamos y cómo nos afecta esto en nuestra vida.
Etapa prenatal
Y es que, antes de nacer ya comienza nuestro desarrollo, por eso se puede decir que ya existimos antes de nacer. Aún no hemos salido del útero pero ya tenemos la capacidad de sentir a través del tacto y de apreciar ciertos sonidos. Nuestro cerebro se prepara y comienza a ofrecer respuestas ante ciertos estímulos.
Primera infancia
Se trata del período que va desde que nacemos hasta que tenemos 3 años. En esta etapa se dan los pasos más importantes de nuestro desarrollo: comenzamos a andar y a hablar. Además, también aprenderemos cómo funciona el mundo y cómo se mueven las cosas que forman parte de él.
Niñez temprana
VGstockstudio || Shutterstock
Es la etapa que va desde los 3 hasta los 6 años. Se trata del momento en el que formamos nuestra imagen, nos vemos como persona y se va formando nuestro autoconcepto. Además, también intuimos cómo se sienten los demás. Somos consientes de que tienen intenciones, pensamientos y sentimientos y empezamos a intuirlos. En este momento también se empieza a desarrollar la empatía con las demás personas.
Niñez intermedia
Desde los 6 a los 11 años, la niñez intermedia es una de las etapas más importantes en cuanto al pensamiento lógico y matemático. Nuestra inteligencia va tomando forma y también las relaciones sociales. El ser humano es un ser social, y en la niñez intermedia aparece una de las mayores manifestaciones: las primeras amistades.
Adolescencia
Suele durar hasta los 18 años aproximadamente y es una etapa llena de conflictos por los cambios hormonales que se producen. Es una época de emociones, de buscar nuestra propia identidad y de rodearse de amigos. Puede ser complicada para muchos y llena de sentimientos para todos. También es en la adolescencia cuando comenzamos a adquirir el pensamiento abstracto.
Juventud
Uber Images || Shutterstock
La juventud sitúa su barrera en los 35 años. Es una etapa de cambios, de madurar y de encontrar la independencia. La persona se perfila de manera definitiva y nuestras capacidades, tanto físicas como mentales, llegan a su culmen.
Madurez
Los objetivos de la vida se orientan hacia un afán de estabilidad en la etapa de la madurez, que va desde los 36 a los 50 años. Las expectativas van fijándose y decreciendo y la independencia es total en esta etapa.
Adultez madura
Lo más significativo de esta etapa son los cambios corporales que debemos asimilar y también gestionar. Valoramos aún más la estabilidad y nos preparamos para la vejez.
Tercera edad
Monkey Business Images || Shutterstock
A partir de los 65 años entramos en la tercera edad, una etapa marcada por la exposición a la muerte, por la salida de los hijos de casa y la pérdida de amigos y familiares.
