¿Qué es la madurez emocional y psicológica de una persona?

El camino de la madurez es el camino de la vida. Desde que nacemos, todos vamos madurando en muchos aspectos. Y es que, es precisamente en el aprendizaje, donde está la base de nuestra existencia. Hablar de madurez es por tanto hablar de emociones y aprender. Porque este va a ser el modo en el que vamos a dibujar la persona que seremos. La madurez se puede reflejar de muchas formas.

La madurez física la observamos en nuestros cambios visibles tales como la altura o el vello corporal. Muchas personas ponen a prueba sus conocimientos que reflejan la madurez intelectual. Pero si hay un tipo de madurez que puede influir en todas las demás, esta es sin duda, la madurez emocional. Entendemos como madurez emocional el estado en el que una persona acepta al mundo y al resto de personas tal cual son. No quiere decir que se trata de una madurez pasiva, sino todo lo contrario. Quien es maduro o madura emocionalmente, tiene la capacidad de saber qué cosas puede cambiar y cuáles no. Acepta la realidad y se enfrenta a ella de la mejor forma posible.

De este modo podemos decir que el concepto de madurez emocional se desarrolla mediante emociones de tipo positivas y además de ello, de la capacidad de las personas para gestionar sus emociones y controlarlas de la mejor forma posible. Las personas maduras emocional y psicológicamente tienen una inteligencia emocional alta. Conocemos sus emociones y saben gestionarlas. Se trata de una adaptación de lo más armoniosa con el mundo que nos rodea.

¿Qué rasgos tienen las personas maduras emocionalmente?

Existen varias actitudes o comportamientos que pueden darnos pistas acerca de la madurez emocional de la persona que los está llevando a cabo. Una ruptura o una discusión en tu relación de pareja es un ejemplo realmente valioso donde podemos ver nuestra madurez emocional. Y es que, saber decir adiós, es un arte que solo dominan los que han entendido el mundo tal cual es, las personas maduras emocionalmente. Echar la vista atrás a veces duele y a veces resulta gratificante. Mirar sin dolor al pasado también es un síntoma característico de aquel que posee una gran madurez emocional. Se trata de gente que ha aceptado lo que sucedió, incluso ha aprendido de ello, y sabe que lo importante está en el presente.

Las personas que funcionan plenamente no suelen quejarse. Especialmente no se quejan si el día ha salido lluvioso o si tienen demasiado calor. Es decir, no se quejan por cosas que no pueden cambiar. Dejar de quejarse será fundamental para conseguir cierta madurez emocional.

Liberar las emociones reprimidas


Otra característica es que, las personas con madurez emocional no se castigan. Confían en ellos mismos y su sentimiento de culpa está desarrollado de forma diferente. Sobre todo no se atormentan por haber cometido errores. Nos encontramos ante personas que son capaces de practicar la gratitud, porque procuran adoptar perspectivas positivas en lugar de negativas. Nos encontramos ante personas que en lo que se refiere a sus errores .

¿Qué podemos hacer para ser más maduros en el plano emocional?

Uno de los puntos más importantes que debemos trabajar para alcanzar una mayor madurez psicológica es la confianza en nosotros mismos. La autoestima es un factor fundamental para poder aceptar las cosas tal y como son. Por ello, es lo primero que deberemos trabajar. Saber lo que sientes y lo que quieres en cada momento de la vida también será importante. Te aconsejamos que, en este mundo de locos, encuentres tu tiempo para ti. Será interesante que observes tus emociones y tus reacciones. Para ayudarte, puedes llevar un diario de emociones.

Otro punto donde podemos aprender madurez emocional está en las relaciones con los demás. Practicar la asertividad nos ayudará a saber tratar a los demás y a expresar nuestras emociones negativas de forma correcta. Por otra parte, escucharles activamente, fijarnos en su lenguaje y pensando qué vamos a decir antes de decirlo, nos empujará hasta el camino de la madurez.

Y, como hemos dicho, dejar de quejarse te ayudará mucho. No hace falta que te pongas grandes metas, simplemente sé consciente cuando te quejas por algo que no tiene sentido y páralo. Poco a poco, tus quejas se reducirán enormemente. Y además, tu estado de ánimo mejorará.

Fuentes consultadas:

  • Bisquerra, R. (2003). "Educación emocional y competencias básicas para la vida". Revista de Investigación Educativa. Vol. 21, 1. Págs. 7-43.
  • Bisquerra, R. Pérez, N. (2007). "Las competencias emocionales". Educación XXI, 10. Págs. 61-82.
  • Goleman, D. (2002). Inteligencia Emocional. España, Barcelona. Editorial Kairós.

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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