Sentirnos alegres, ansiosos, rabiosos y relajados puede deberse a numerosos motivos. Situaciones, personas, recuerdos, incluso olores. Porque aunque parezca extraño, los olores pueden crearnos sensaciones y sentimientos que nos influyen enormemente. Y es que se trata de un sentido que está en estrecha vinculación con nuestra estado de ánimo. Si quieres saber más acerca de cómo los olores influyen en nuestro estado de ánimo y en nuestros sentimientos, ¡sigue leyendo!
Cambios de humor, la tristeza o la melancolía.... las fragancias se han utilizado durante años para crear emociones y es una de las técnicas más eficaces para cambiar el estado de ánimo de las personas. Hay todo un mundo de aromas, más de 10.000 formas de evocar emociones en otros. Esto se hace gracias a la memoria, así que cada uno tendrá una emoción, dependiendo del recuerdo al que le traslade la fragancia en cuestión. Y es que un olor puede hacer que nos sintamos bien o mal en función de lo que nos recuerde, o si la sensación generada es más agradable o menos.
Cómo procesa el cerebro los olores
El caso es que, existe un vínculo entre la sección límbica del cerebro y nuestro sistema olfativo. Por eso, los olores estimulan a las hormonas que hacen que sintamos determinadas emociones, incluso llegando a generar algún desequilibrio en nuestro organismo. Y eso es algo que también sucede con la psicología del color, aunque lo dejaremos para más adelante.
Para entender bien el concepto, debemos aclarar que el aroma no es un estado gaseoso, percibimos las fragancias como algo sólido, partículas que llegan a nuestra nariz y mandan señales a nuestro cerebro para que interprete cómo huelen esas partículas que ya tenemos dentro de nosotros.
El método para transmitir esta información a nuestro cerebro se realiza mediante estímulos eléctricos que pasan por el sistema límbico, y es entonces cuando los cambios en el estado de ánimo se llevan a cabo. Por tanto, el sistema límbico es donde se generan nuestras emociones y es el responsable del impacto de cada olor. Y es que, percibimos los olores por el mismo lugar donde percibimos los recuerdos y las emociones, así que, no es de extrañar que el olfato sea nuestro sentido más emocional.
Las sensaciones generadas por cada olor
Como ya hemos comentado, la memoria juega en todo este proceso un papel fundamental. Tanto es así que muchas personas indican que el olor del dormitorio influye en sus sueños y en las emociones que se viven en ellos. De este modo, un olor desagradable podría llevarnos no solo a tener pesadillas, sino también tener problemas con los sueños y a padecer de insomnio, o a que disminuya la calidad de nuestro descanso.
Una vez que ese olor se ha instaurado y que la emoción ha tenido su lugar, es entonces cuando vamos experimentando sentimientos positivos o por el contrario, sentimientos negativos. Así puede aparecer la nostalgia a través de olores más o menos agradables. Visto así, los olores tienen una gran importancia para conseguir nuestro bienestar porque lo que genera en nuestra mente repercute en lo que en nuestras experiencias y en lo que interiormente vivimos.
