Si alguna vez has pensado en sentirte mejor y te has preocupado por cómo funcionamos seguramente te has topado alguna vez con la palabra resiliencia. Se habla hoy en día de esta emoción como una cualidad única, algo que si la experimentas, podrás superar cualquier trance. La verdad es que la resiliencia es la capacidad para recuperarse de una situación adversa, un trauma o una mala noticia, de forma que no trastoque el resto de tu mundo. Las personas resilientes consiguen sacar recursos que antes no tenían de la adversidad, y consiguen superarse de forma formidable.
La emoción de la resiliencia se puede aprender. No es algo intrínseco en la persona, tampoco es genético ni está en el temperamento innato. Una persona puede investigar cómo ser resiliente y adquirir costumbres que le guíen en este camino. Por eso, conocer qué es la resiliencia puede ser tan útil. El caso es que hay circunstancias en la vida que pueden ser de lo más traumáticas. La muerte de un ser querido, una ruptura de pareja dolorosa, un accidente… cosas que pueden cambiar nuestra vida por completo. Las opciones están entre dejarse atrapar y parar tu vida o sacar fuerzas de donde sea y seguir adelante. Esta última opción es la que toman las personas resilientes.
¿Cómo son las personas resilientes?
No se trata de personas frías, sin sentimientos ni corazón, sino todo lo contrario. Ser resiliente no significa no sentir, ni llorar si es necesario. De hecho, las personas resilientes son conscientes de que pasan por una mala época, por ello ponen toda la carne en el asador para conseguir remontar.
La resiliencia se construye con el paso del tiempo, aprendiendo del pasado y poniendo interés en mejorar tu vida y en superarte. Una de las circunstancias más necesarias para construir la resiliencia es tener relaciones de cariño y apoyo a nuestro alrededor. El disponer de buenas relaciones, tanto en familia como con amigos, nos hace disponer de modelos y tener confianza en nosotros mismos. Es el camino que nos puede llevar a conseguir ser más resilientes.
Entre las características que se asocian a las personas resilientes destacan algunas como tener una fuerte autoestima y una visión positiva de sí mismos. Mediante una buena autoestima, cualquier persona puede utilizar sus puntos fuertes para salir fortalecidos de una situación complicada. Y aunque una visión optimista es importante, las personas resilientes también deben poseer otras habilidades. Por ejemplo, los planes que tracen deben ser realistas y poder llevarse a cabo. Además, entre los puntos fuertes de quien experimenta la resiliencia está la comunicación, el conocimiento de ellos mismos y potencial para manejar sus sentimientos.
Ventajas de la resiliencia en las personas
La resiliencia es una habilidad increíblemente valiosa para cualquier persona, ya que le permite recuperarse de situaciones difíciles y seguir adelante con una actitud positiva y constructiva. A continuación, te presento algunas ventajas importantes de tener resiliencia en tu vida:
- Primero, la resiliencia te permite enfrentar situaciones difíciles con una actitud más positiva y constructiva. En lugar de sentirte abrumado y desesperado, puedes encontrar maneras de superar los desafíos y seguir adelante con la vida. Esto te ayudará a mantener un buen estado de ánimo y evitar caer en la depresión o la ansiedad.
- Además, la resiliencia te ayudará a crecer y aprender de las situaciones difíciles. En lugar de ver los problemas como una derrota, puedes usarlos como una oportunidad para crecer y aprender, esto puede hacerte más fuerte y más sabio, lo que te permitirá enfrentar futuros desafíos con más confianza.
- También, la resiliencia te ayudará a mantener relaciones saludables y significativas. Las personas que son resilientes son más propensas a buscar el apoyo y la ayuda de sus amigos y seres queridos, lo que puede fortalecer sus relaciones y hacer que se sientan más conectados y seguros.
- Además, la resiliencia te ayuda a reducir el estrés innecesario en tu vida, cuando te enfrentas a situaciones difíciles, es fácil sentirse estresado y abrumado. Pero si eres resiliente, puedes manejar mejor ese estrés y evitar que se acumule en tu vida diaria. Esto puede ayudarte a mantener un equilibrio emocional saludable y a evitar problemas de salud relacionados con el estrés.
- Finalmente, la resiliencia te permite mantener una actitud positiva y optimista hacia la vida, en lugar de sentirte abrumado por los problemas y las dificultades, puedes mantener una actitud optimista y enfocarte en las cosas buenas de la vida. Esto puede hacerte más feliz y más productivo, y te permitirá enfrentar cualquier desafío con una actitud positiva.
Consejos para ser más resilientes
Como hemos dicho, uno de los factores imprescindibles para conseguir ser más resilientes está en las relaciones que tracemos. Te aconsejamos que para desarrollar la resiliencia, te centres en relaciones de calidad, tanto con la familia como con los amigos. Relaciones que se basen en el cariño y el respeto y huye de las que simplemente sean por interés.
Otro de los elementos clave para desarrollar la resiliencia es aceptar las circunstancias es otro de los elementos clave. Cuando sufrimos algún hecho trágico, deberemos ser conscientes de él. Ser resiliente no significa evadir la situación. Ser resiliente significa enfrentarse a ella y saber que deberemos realizar más esfuerzo para seguir adelante. También es cierto que tener confianza en uno mismo y saber admitir y gestionar las emociones, son los factores clave para avanzar un paso más en el camino hacia la resiliencia.
Establecer planes y tomar decisiones realistas será otro elemento clave a favor de la resiliencia. El caso es que no hay que correr demasiado, sino ser conscientes de tus limitaciones pero esforzándote para dar todo tu potencial.