El miedo es una de las emociones básicas que sentimos los seres humanos. Nadie está a salvo del poder devastador del miedo, y es que, las sensaciones que experimentamos nos alertan de muchos peligros. Gracias al miedo evitamos meternos en un callejón oscuro donde pueden atacarnos o conducir de forma temeraria. Se trata de una emoción que nos ayuda a sobrevivir, pero cuando el miedo nos controla, puede volvernos indefensos e ineficaces.
En muchas ocasiones aunque ni seamos conscientes de ello el miedo se apodera de nosotros y nos domina, porque en base a esos estímulos que recibimos, reaccionamos de un modo y otro. Por eso, conviene saber cuáles son las situaciones bajo las que actuamos con miedo y con una sensación pavorosa.
Cómo saber si el miedo te domina completamente
El miedo es el que nos hace andar con cautela hasta en los momentos en lo que deberíamos sentirnos seguros. El miedo no nos deja vivir con tranquilidad, sino que convierte toda nuestra existencia en una lucha continúa por encontrarnos bien. Por eso, es importante vencer el miedo, para ser nosotros mismos los dueños de nuestra vida. Cuando el miedo te domina te impide hacer muchas cosas que podrían hacernos disfrutar. Te vuelve negativo e inseguro y te paraliza, haciendo que, pasemos nuestra existencia intentando sobrevivir, en lugar de aprender a vivir y a disfrutar de todo aquello que tenemos a nuestro alrededor.
Todos sentimos miedo en muchas ocasiones, a veces está justificado y otras veces nos pasamos y no controlamos esta emoción. Para saber si el miedo te domina por completo, a continuación formulamos 3 preguntas clave para saber si actuamos con el miedo, así podrás saber si estás viviendo tu vida como deseas en realidad y que puedes hacer para no sentirte así.
¿Sientes tristeza?
Cuando tenemos miedo aplazamos todo lo que tenemos que hacer, precisamente por este temor a no ser capaces de solucionar las cosas. No importa lo inteligente que seamos o lo fuerte que nos hagamos, sentimos que no valemos nada y eso nos hace entrar en una rueda de insatisfacción que nos produce una gran cantidad de tristeza.
Tendemos a pensar que las personas más fuertes son las que sufren y siguen adelante, que los débiles no son capaces de soportar nada, y sin embargo, cuando tenemos miedo sufrimos mucho más de lo que pensamos. Si te sientes triste a menudo, piensa en todas las cosas que estás dejando atrás por miedo e imagina cómo sería tu vida si te enfrentarás a tus temores, les plantases cara y consiguieras aquello que te propones. Solo siendo fiel a ti mismo y cree en ti porque podrás encontrar un camino libre de miedo.
¿Estás en tu zona de confort?
Se llama zona de confort porque es a lo que estamos acostumbrados, pero hace de todo menos beneficiarnos. Nos sentimos cómodos, aunque sea con dolor o frustración y tenemos miedo a salir de ahí. No vemos más allá de aquello que tenemos y nos da miedo perderlo por si lo que nos espera es aún peor. Lo cierto es que la zona de confort nos limita, y lo que limita es precisamente nuestro bienestar. Aplazamos tomar decisiones por miedo a equivocarnos, y nos quedamos en un trabajo que nos amarga, por temor a no poder encontrar otro. Nos quedamos con esa pareja que nos hace infelices, porque pensamos que estar solos sería peor. En definitiva, nos quedamos con lo malo conocido, sin saber que lo que nos queda por conocer, puede hacernos inmensamente felices.
¿Tus sueños se han alejado?
Piensas que eres una persona gafe. Algunos nacen con estrella y otros estrellados, te dices, y eso te sirve de excusa para conformarte con tu mediocridad. Desechas las oportunidades por miedo a fracasar y te convences de que no eres capaz de hacer lo que deseas por temor a ser rechazado. Una pareja, un trabajo, unos estudios.... eliminas cualquier posibilidad de triunfar por miedo a fracasar.
Nos comparamos con los demás y nos entristecemos. Miramos el Facebook de nuestros compañeros de la escuela, viendo todo lo que han conseguido y nosotros nos hemos quedado atrás. Nos compadecemos en lugar de actuar, porque tenemos miedo, nos domina y nos limita.