La palabra crisis no nos trae ningún buen recuerdo, de hecho, si pensamos en una crisis, sea del tipo que sea, seguramente el miedo nos embargue y sintamos un escalofrío en todo el cuerpo. Y es que, vivir una crisis no es nada fácil, aunque salir de ella puede hacer que dispongamos de un poder inigualable.
La verdad es que toda crisis trae consigo una oportunidad. La crisis se entiende como cualquier situación en la nos acecha un peligro y salir de ella nos ofrece la oportunidad de crecer y mejorar, de sacar nuestras armas y retomar las riendas de nuestra vida.
Las crisis emocionales se basan en un desequilibrio entre un antes y un después. Por esto mismo, cuando pasamos por una crisis emocional estaremos obligados a tomar una decisión. Se trata de un hecho que no pasa desapercibido, una situación en la que entendemos que no disponemos de un equilibrio para tomar decisiones con los recursos que tenemos y en la que todas nuestras emociones se acumulas e, incluso, resulta difícil gestionarlas.
Los síntomas de la crisis emocional
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No hay ninguna causa concreta que pueda causarnos una crisis emocional, pero sí que hay ciertas experiencias que nos suceden que pueden hacer que caigamos en ella. Una ruptura de una relación de pareja, una enfermedad grave, una etapa de depresión, la muerte de un ser querido o un evento impactante como una inundación, un incendio o un robo. Son situaciones que pueden hacernos caer en una crisis emocional.
El factor principal que desencadena la crisis no es la situación vivida en sí, sino más bien la respuesta que tenemos ante ella. De esta forma, una persona puede llegar a una crisis por haber vivido una experiencia, y que otra persona, habiendo pasado por lo mismo, no caiga en esta crisis.
De esta forma, podemos decir que el factor principal de la crisis emocional es la situación de desequilibrio entre las exigencias de la situación por una parte, y los recursos de los que disponemos, por otra parte. La persona afectada tiene una gran necesidad de ayuda y la terapia psicológica puede ayudarle.
En todo caso, pasar por una crisis puede resultar positivo, pues de todas las experiencias de la vida se aprende. Especialmente se aprende de experiencias que hacen que nos sintamos mal y que gastemos energías en conocernos y superarnos a nosotros mismos.
Las fases de la crisis emocional
Si pasamos por una crisis emocional puede que reconozcamos las siguientes fases. Si estás pasando por una de ellas saber qué emociones y situaciones te esperan pueden ayudarte a sobrellevarla.
Parálisis
En la primera fase de una crisis emocional lo normal es que nos quedemos petrificados. No sabemos ni entendemos qué nos está pasando y solemos decir que estamos en shock antes de que podamos tomar un camino, ya sea hacia delante o hacia detrás. Se trata de un primer acercamiento y de una fase necesaria para la asimilación de la situación.
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Confusión
Una vez hemos asimilado que nos encontramos en tal situación, nos damos cuenta que debemos tomar decisiones al respecto. Se trata de una época de dudas, en la que cambiamos de opinión cada poco tiempo. Se trata de una época de indecisión que puede llevarnos a padecer crisis de ansiedad.
Miedo
El miedo irracional también entra en las fases de una crisis, y es que, cuando lo estamos pasando mal, es posible que entremos en etapas en la que todo nos asusta o nos suponga una amenaza. La irracionalidad se apodera de nosotros y estamos expuestos a todo tipo de situaciones que consideramos un peligro.
Ayuda
La última fase llega cuando sentimos el apoyo y la ayuda de nuestros seres queridos. Sabemos que necesitamos tomar decisiones y aunque solo sea responsabilidad nuestra, el sentir que no estamos solos y que nos apoyan nos dará las fuerzas para seguir adelante.
